La tensión con la que salió River al Monumental se reflejó en la cara de los jugadores y en el escaso ambiente que se escuchaba desde las tribunas. Las ausencias del "Muñeco" Gallardo y Marcelo Barovero fueron otros alicientes que representaron el primer conflicto del dueño de casa.
Los de Núñez no le temían a las debilidades del Juan Aurich, sino a la presión que significaba la obligación de ganar para seguir en carrera en el Grupo 6 de la Copa Libertadores. Sus apuros hicieron que en menos de cinco minutos, Rodrigo Mora exija a Pedro Gallese con un cabezazo potente, pero carente de dirección. Además, un grosero error del arquero le dio la posibilidad a Carlos Sánchez de llegar a la red, aunque el uruguayo no supo concluir la jugada.
Otro inconveniente que sufrió el "Millonario" fue la prematura lesión de Leonel Vangioni. Un posible desgarro en la cara posterior de cuádriceps hizo que Ramiro Funes Mori ingrese para ocupar la zona del ex lateral de Newell's.
La superioridad era tan notoria que el partido se desarrollaba en el área incaica. La individualidad de Teófilo Gutiérrez, la categoría de Leonardo Pisculichi y la perseverancia de Gabriel Mercado fueron los pilares para que se establezca el grito de desahogo. Con el 1 a 0 a su favor, todo estuvo a merced del dueño de casa.
Antes de llegar al descanso, Rodrigo Mora desperdició la chance de estirar la ventaja adentro del área chica. Con todo el arco disponible, el oriental apuntó contra la integridad del ex Universidad San Martín de Porres, quien se lució con una tapada notable. Una maniobra similar, aunque menos espectacular que la que protagonizó unos instantes más tarde para desviar el intento de Funes Mori.
En el complemento, los conducidos por Roberto Mosquera se vieron obligados a llevar el duelo al área de Julio Chiarini. Un tiro libre ejecutado por Germán Pacheco, que se fue ancho, y una aparición de Christian Ramos, que inquietó al cordobés, fueron algunas aproximaciones que amenazaron a River.
Como si se tratara de una película trágica, la escena que animó Teófilo Gutiérrez desesperó a todos los hinchas, dado que dos palos consecutivos se interpusieron en el camino de la banda para liquidar el pleito.
El ex Racing no bajó los brazos y continuó lastimando a la última línea rival. Con la categoría que lo caracteriza, "Teo" se sacó de encima a su marca y fusiló a Gallese. El colombiano hizo todo bien, pero la fortuna volvió a jugar en su contra: el travesaño devolvió el balón y dejó el final abierto.
La desazón ocurrió en el cierre de la noche porteña. En un descuido defensivo, Marcos Delgado impuso el 1 a 1 y congeló la fiesta criolla. Como alguna vez se tituló bajo el nombre del Silencio Atroz, la noche del Monumental terminó de la manera menos pensada.
Si bien todavía hay chances matemáticas de avanzar a los octavos de final, la repartición de puntos deja muy mal parado al elenco de Núñez: último con 3 unidades, la misma cantidad que posee San José de Oruro, dos menos que el Juan Aurich y 7 por debajo de Tigres de México, su próximo rival.
Fuente: Infobae.