Fernanda Lovecchio es hija de quien fuera por 40 años Rector del Colegio Nacional. Luego del acto, el lunes en la institución educativa que su padre creó, así recordó a su padre.
“Ver ese colegio tan lleno de alumnos creo que habla por si mismo de su obra. Escuchar el audio con sus palabras me sorprendió; ahí él habla de cómo sentía el ser educador y haber sido educado” señaló al concluir la ceremonia central en la Unidad Académica su hija Fernanda.
“Tenemos que valorar la riqueza que tienen estos jóvenes y la dicha de poder estudiar. Fue magnífico cómo pudo imprimir una filosofía y una impronta dentro de la institución. De disciplina, respeto y orden. Pero también era muy divertido. Todo el mundo tiene anécdotas de esa índole y de esa faceta, si bien era súper estricto”.
Fernanda recordaba que “él siempre estaba en todos los detalles y presionando para que todo saliera bien, pero también en su presencia todo el mundo podía relajarse y tenía siempre una nota de humor y de buen pasar en las conversaciones. Él se sentía muchas veces por encima de las circunstancias y con autoridad como para decidir”.
“Hay una anécdota que lo grafica. En un determinado momento había un conflicto a partir de una decisión que venía del Ministerio. Todas las docentes andaban bastante alborotadas, pensando qué hacer con la nueva disposición. Dicen que papá dijo ‘esperen un momentito que voy a hablar con el Ministerio’. Entró a Rectoría y cerró la puerta. Al rato salió y dijo que estaba todo listo y que se debían hacer las cosas de una determinada manera. Obviamente no había hablado con el Ministerio. En ese caso él no debe haber llevado el apunte a lo que de arriba les exigían, y que no le parecía correcto. La verdad que aquí en el Colegio y en su presente de hoy en día está todo lo que él construyó. Creo que cuando hace 25 años lo pasaron frente a este colegio logró que su espíritu quedara aquí”.