Ramón Allan Bogado se presentó un escrito firmado por su abogada en el que se sumaba al diputado nacional por el Frente para la Victoria Andrés "Cuervo" Larroque y pidió que el fiscal de la Cámara Federal Germán Moldes no intervenga en la causa iniciada a partir de la denuncia del fallecido Alberto Nisman.
Bogado quien decía ser agente de la Secretaría de Inteligencia, pidió que Moldes se aparte del caso donde la Sala I de la Cámara Federal debe decidir si mantiene la desestimación de la denuncia de Nisman tal como lo determinó el juez Daniel Rafecas o abre la investigación como lo solicitó el fiscal Gerardo Pollicita. Moldes debe sostener la apelación del fiscal y argumentar su respaldo para que intervenga la Cámara. Si no lo hiciera, la decisión de Rafecas queda firme. Según fuentes judiciales Moldes ya presentó un escrito ante la Cámara donde sostuvo la apelación de Pollicita. Luego debe refrendar sus argumentos en una nueva audiencia.
La semana pasada lo recusó Larroque y hoy se sumó Bogado. El supuesto agente de inteligencia ya había hecho una denuncia penal contra Moldes y otros fiscales que estuvieron en la Marcha del 18F. Pero hoy fue un poco más lejos y se sumó a Larroque. Bogado esgrimió varios argumentos para que Moldes se aparte: uno de ellos sonó un tanto insólito. Incluyó al fiscal entre los nombre que habían sido anotados por Carlos Corach en la famosa servilleta que Domingo Cavallo dijo haber visto. El episodio de la servilleta tiene casi 20 años y es la primera vez que se incluye a un fiscal en ella. Hasta la llegada del escrito de Bogado a Comodoro Py en la servilleta solo había apellidos de jueces federales.
Por otra parte se conoció hoy el procesamiento contra Bogado dictado por el juez federal Sergio Torres. En medio de la conmoción por la denuncia y la muerte de Nisman, Bogado fue trasladado el 26 de enero pasado hasta el despacho de Torres. El supuesto espía había sido declarado rebelde en una causa en la que se investigaba la falsificación de documento y una estafa.
Una vez que fue ubicado para que le pusieran custodia policial, Torres pidió que lo llevaran a declarar. Está involucrado en una causa penal en la que se investiga la falsificación de documentos para presentar garantes para un alquiler.
La historia comenzó en 2005, cuando Bogado alquiló una propiedad en el barrio El Remanso, en la ruta 8, en Exaltación de la Cruz, provincia de Buenos Aires. Bogado hizo la operación a través de una inmobiliaria y tuvo que aportar dos garantes. Fue con dos personas hasta una escribanía y allí firmaron la garantía. Según los documentos aquellos garantes se llamaban Carlos Díaz y Silvia González. Pusieron como garantía una casa que poseían en Avellaneda.
En mayo de 2009 los verdaderos Díaz y González fueron intimados a pagar las deudas de Bogado y les quisieron rematar judicialmente su casa en Avellaneda. Bogado había dejado de pagar mensualmente el alquiler y por lo tanto se podía ejecutar la garantía. La Justicia determinó que Bogado había llevado dos personas con los documentos falsos de los verdaderos Díaz y González. Las firmas que aparecían en la escribanía no eran verdaderas. La Justicia comparó la huella digital que Bogado había estampado ante el escribano con la de su prontuario y así lo identificaron. Pero no lo habían podido halla hasta que estalló el escándalo por la denuncia de Nisman.
Díaz y González no tuvieron que pagar la deuda de Bogado y tampoco padecieron el remate de su casa. Cuando declaró en indagatoria Bogado señaló a su ex esposa Verónica Pacífico y a su ex suegro Alfredo Antonio Pacífico como quienes se ocuparon de conseguir los garantes. Bogado aseguró que sólo se encargó de pagar el alquiler de la cas donde vivía su con su ex mujer y sus tres hijos. Se separaron y luego se mudaron y dejó de pagar.
Para Torres no quedaron dudas. Bogado participó de la maniobra de los documentos falsos, hecho que fue corroborado, entre otras cosas porque su huella digital aparece en la firma del contrato al igual que la de una mujer que no era la verdadera garante. Además Bogado dijo haber ido con su ex suegro a la escribanía y que nunca vio a los garantes. Pero la escriban que actuó en la firma del contrato lo contradijo: locador, locatario y garantes estaban todos juntos en el mismo lugar cuando se estamparon las firmas.
El hasta hace unos días desconocido Ramón Allan Bogado fue finalmente procesado por los delitos de falsedad ideológica y estafa. Torres le fijó un embargo de 15 mil pesos y lo dejó en libertad ya que considera que Bogado no va a intentar entorpecer el accionar de la justicia ni interferir en la investigación.
Fuente: Infobae. |