La Nueva Radio Suárez entrevistó a la Lic. Silvia Menéndez sobre lo que considera es el rol para las mujeres en este tiempo y lo que implica ser mujer en esta sociedad y en este tiempo.
“Creo que en todas las áreas en general el desafío para las mujeres es ir hacia el camino de la integración. El Siglo XX fue romper con una estructura femenina de desasosiego, dependencia, de pasividad, de no decisión. El Siglo XX fue en ese sentido como un despertar, las mujeres empezamos a salir de la cocina y empezamos a integrarnos en la sociedad y a tomar decisiones. Ahora, como siempre, en este pivote de encontrar cuál es punto medio, en algunos casos nos fuimos de rosca y nos enfrentamos a ellos, a la otra parte de la creación, a los hombres”, comenzó reflexionando la Psicóloga.
Enfatizó que “la idea no es enfrentarse a nadie, es que ellos descubran su aspecto femenino, nosotros nuestro aspecto masculino, pero que vayamos logrando el equilibrio. Creo que el Siglo XXI en este sentido es un tiempo de desafío para que podamos poner eso que tenemos de valioso, que nos hace mujeres, nuestra capacidad de co-crear, de contener, de dar ternura, de poner un manto de sensibilidad a las situaciones, y si en cada área las mujeres ponemos en cada espacio esta intención creo que la humanidad podría ir hacia un sentido mucho más saludable que la que vino teniendo en la época anterior”.
A pesar que estos tiempos aparecen como violentos, individualistas, narcisistas, también es cierto que “mucha gente está pensando en otro sentido”, analizó Silvia Menéndez.
Estas mujeres que salieron de la cocina y se dispusieron a ocupar diferentes lugares en la sociedad en algún punto asustaron a los hombres: “sí, porque también el psiquismo masculino tiene que reinvertirse, se tiene que resituar, y esto tiene que ver con aceptar también su aspecto femenino, que no pasa nada si el hombre descubre este aspecto de sí. Como tampoco pasa nada si la mujer descubre su aspecto masculino y lo pone a actuar. Siempre bajo un manto de equilibrio y de complementariedad. Si nos enfrentamos hombres y mujeres no llegamos a nada. Ambos somos parte de la creación. Hombres y mujeres somos dos caras de la misma moneda”.