Pedro Benito Graff y Héctor Maier Schwerdt han sido reiteradamente en vida agasajados y reconocidos como factores importantes en el crecimiento de Santa Maria por lo cual apuntalaron y avanzaron decididamente por el sendero del crecimiento en los aspectos institucionales, en el trabajo convincente por la concreción de diversas iniciativas que han contribuido a elevar la calidad de vida de su gente e insertar al Pueblo Santa Maria en un nivel de crecimiento sostenido.
Pero el tributo que se rindió el sábado pasado ante los familiares y amigos de ambos frente a las sepulturas donde descansan los restos de los dos ex presidentes fallecidos hace un año atrás, significó el reconocimiento eterno por todo lo que aportaron en sus vidas plenas de emprendimientos y convencimientos que se trasladaron a la concreción de notables hechos de progreso para su querida colonia.
En el caso de “Pedrito” fue dirigente político, ocupo una banca de concejal por su pueblo, era respetado y su opinión siempre tenia su peso, por que detrás de ella, estaba su personalidad siempre dispuesta a avanzar cuando se tratara de un eslabón mas que se agregara al progreso de Santa Maria, pero en este caso el homenaje vino de la mano de Club El Progreso, la institución que recibió de su gestión una dinámica y una impronta que el actual Presidente de la comisión directiva el Ingeniero Claudio Holzmann en sus palabras reflejó el sentir popular que es reflejo de su entrega al servicio de la institución desde la presidencia.
Ya en ocasión del 75 aniversario del la entidad se le había impuesto su nombre al salón de fiesta de la Avenida 11 de Mayo como digno homenaje a un vecino que fue representativo del pueblo y que sin dudar siempre se puso al hombro las causas nobles y que contribuyeron a sumar el progreso y crecimiento para su pueblo y su club.
Su hijo Roberto Graff fue quien agradeció en nombre de la familia, especialmente la actitud del Club al que Pedro le dio tantas horas y desvelos, compromisos y el profundo amor con que abrazo la causa, un sentimiento como hijo que es inocultable, que a un año de su fallecimiento puede apreciarse en toda su dimensión por que el legado recibido, es una lección de vida, por sus compromisos, por la historia, las tradiciones, por que han sido personalidades muy fuertes y arraigadas en la comunidad que nos marcaron un camino que las nuevas generaciones deberemos seguramente acuñar para rendirles homenaje con el testimonio.
Rosita, su esposa, hijos y nietos acompañaron en esta sentida ceremonia que se cumplió el sábado en el Cementerio de Santa Maria minutos antes de celebrarse la santa misa en la Parroquia Natividad de Maria Santísima.
Posteriormente todos los presentes se trasladaron a otra sepultura separada entre por si por escasos metros para cumplirse con una ceremonia similar.
Allí descansan los restos de Héctor Maier, querido, entrañable y incansable luchador, inclusive con su enfermedad, afrontándola con toda fortaleza durante varios año donde siempre se mostraba bien, optimista y no dejaba nunca de trabajar, de observar, de atesorar recuerdos valiosos de la historia de Santa Maria y los otros dos pueblos por que sus conocimientos se extendían hasta tal punto que encontraban siempre el reconocimiento de instituciones de prestigio nacional e internacional a través de sus obras de recopilación histórica de alto rigor investigativo.
Héctor para el club fue un valuarte, creador e impulsor de la Fiesta del Girasol en la década del 80, un presidente de avanzada quien presentó la maqueta de lo que seria su gran sueño sentando las bases fundamentales para el inmenso Polideportivo de Club El Progreso, por algo la actual comisión directiva le impuso el nombre al gran edificio en oportunidad del 75 aniversario.
Un gesto valioso de la institución que Héctor pudo apreciar y que en aquella tarde de agosto con gran emoción descubrió la placa que luce orgullosa en el Polideportivo.
En el homenaje del sábado pasado hablaron el actual presidente Claudio Holzmann que pronunció sentidas palabras definiendo la personalidad de Héctor y Pedro Benito, también fue invitado a referenciar todo lo que representó para la entidad, el ex Presidente Marcelo Schroh que con toda elocuencia habló del hombre visionario que era Héctor, necesario, con optimismo y convencimiento para impulsar la gestión al servicio del Club.
Fue su hijo Daniel Maier quien agradeció el homenaje con sentidas reflexiones sobre la figura de su padre mientras luego se repetían los abrazos entre dirigentes de Club El Progreso y el grupo familiar encabezado por Marta, la esposa de Héctor quien no dudo en recordar ante el cronista de La Nueva Radio Suárez la profundo tristeza que representa la ausencia, la ausencia de alguien que ha estado siempre atento a todos los detalles, perfeccionista a la hora de investigar, descubrir en los últimos años de su vida, la faceta literaria que le trajo tantas satisfacciones ubicándolo en un escalón superior con alto rigor histórico.
Allí descansan juntos, en el cementerio de Santa Maria, dos hombres que han sabido interpretar el desafío al bregar inclusive por las nuevas generaciones, no solo lo que han logrado en sus vidas, sino el mensaje para la posteridad del cual es necesario tomar debido nota para que ese ejemplo fructifique como una llama encendida siempre.
Para quienes en la carrera periodística nos encontramos diariamente con mucha gente, pero estos verdaderos amigos no solo han dejado una huella para los suyos, sino que también queda un vacío enorme de llenar.