“Hace como diez años que estoy viniendo a Coronel Suárez. Siempre hay gente a la que le interesa aprender, por diversos motivos. Me gusta que las personas quieran aprender por lo que mientras haya alumnos interesados yo vengo” expresa a La Nueva Radio Suárez en un paréntesis de su actividad en la sede del Lenguaje y la Comunicación de nuestra ciudad.
Comentó que “no todos los docentes saben esta lengua. En los profesorados de sordos no siempre se da esta materia, para que puedan manejarse con chicos con esta discapacidad”, remarcó.
Insistió en que esta forma de comunicación “es importante porque es una lengua que puede necesitarse en cualquier lado. Hay gente que toma el curso porque se cruzó alguna vez con un sordo y se sintió mal porque no pudo comunicarse. Lo importante es comunicarse, después otra lengua la aprenderá, en la escuela, con la especialista, con la fonoaudióloga. Yo no puedo pedirle a un chico sordo que me hable en mi lengua cuando no la conoce. Más fácil es aprender yo la de él y después vemos cómo nos encontramos. De última nos encontramos a mitad de camino, un poco de tu lengua, un poco de la mía, y la idea es comunicarse, no solamente pedirle al otro que venga a mi vereda”.
Más adelante el Profesor Baldrich habló de los mitos más comunes, uno de ellos que mucha gente piensa que el sordo es mudo: “no existe prácticamente gente que tenga problemas de fonación, no hablan porque no escuchan. Nosotros adquirimos la lengua a partir de escuchar, después de un tiempo de estar escuchando y haciendo nuestro propio análisis empezamos a probar cómo salía eso por la garganta. El sordo no tiene esa retroalimentación y no escuchó nunca la palabra en español y por ende no saldrán por su boca. El sordo se ríe y grita igual que un oyente, no es mudo. Enseñándole puede hablar perfectamente”.
Otro de los mitos es que se usa el lenguaje de señas y se retrasa la oralidad para las personas sordas. A este planteo Pablo Baldrich expresó que “es justamente al revés: cuanto más lenguas uno tenga en el cerebro siempre es mejor. El 5 por ciento de los chicos sordos tienen padres sordos, es decir, tienen el lenguaje de señas desde que nacieron, esos chicos son los que mejor hablan español, porque después que tienen la lengua lo único que hacen es traducirla a la oralidad. Tienen el sentido, la imagen en su cabeza de lo que están aprendiendo. El chico sordo que tienen padres oyentes, que es el 95%, de 0 a 5 años, no tienen ninguna lengua, la única lengua que quieren hacerle imponer, el español hablado, no tiene ninguna sustancia para él porque el canal que tienen bloqueado es el auditivo”.
El Profesor Baldrich luego expresa que “la lengua española para el sordo va a ser siempre la segunda lengua, nunca primera, porque el canal que tienen bloqueado es el auditivo. Una vez que manejan la lengua de señas pasan a la otra automáticamente, con mayor facilidad. El fin último de cualquier lengua es la comunicación, es lo básico. Yo a veces no entiende como un padre puede decirle que no se comunique con su hijo. Una vez en un congreso le pregunté a una directora cuánto tarda un chico sordo en decirle a su mamá ‘Te quiero’ y que su mamá lo entienda. La señora muy suelta de cuerpo me dijo aproximadamente seis años desde el inicio escolar. En mi opinión un chico tiene que decirle, cómo sea, a la madre que la quiere, mucho antes de los seis años desde el inicio del ciclo escolar. ¿Por qué poner tanta importancia en que lo diga con palabras si lo importante es la comunicación?, cualquiera sea el lenguaje que se utilice”.
Por informes sobre este curso, que comienza en el mes de abril, dirigirse al Centro del Lenguaje y la Comunicación, en Moreno y Juan Harriot.