La marcha del 18F bien podría haber sido la del 24 de marzo, Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia.
El ciudadano buscaba un motivo y lo encontró.
Los argentinos necesitaban un lugar y lo tuvieron.
Los vecinos necesitaban expresarse y lo hicieron.
Sin crispación, sin agravios, sin carteles ofensivos. En silencio.
Una marcha convocada por quienes no tienen ni la responsabilidad de gobernar ni la de legislar o controlar a quien gobierna.
Los jueces y fiscales en silencio convocaron por la memoria y honraron a su colega muerto.
Los argentinos reiteraron en las calles la necesidad de justicia, en todos los sentidos y acepciones de la palabra.
Centenares de miles de personas en todo el país marcharon en silencio en un nuevo nunca más. Nunca más una injusticia. Nunca más una muerte dudosa. Nunca más un niño desnutrido. Nunca más la ceguera. Nunca más la confrontación.
Toda forma de acción de una persona se denomina política. Toda forma de acción de una agrupación política es política partidaria. Toda forma de acción de un gobierno es política de Estado.
Seguramente el éxito de la marcha fue la no presencia de la política partidaria, ni religiosa, ni gremial. Una convocatoria sin carteles ni banderas que no sean la argentina.
Una marcha de silencio, un funeral popular. Una protesta a la que nadie puede callar porque no quedan palabras por decir.
Solo resta saber oír el silencio...