El jueves por la noche, mientras en la rotonda de las rutas 67 y 85 se efectivizaba el corte programado, La Nueva Radio Suárez recorrió uno de los caminos vecinales de ingreso a la ciudad.
El jueves, después de las 20 horas, el denominado camino a la “Escuela 13” recibió el innumerable tránsito de los automovilistas que debían usar la ruta 67 para ingresar o irse de Coronel Suárez.
El dicho popular indica “viejos son los caminos y aún levantan polvo”. Y así es, tan real como popular. Un constante ir y venir de autos generó por momentos un espeso polvo que dificultaba la visibilidad desde el metro cero.
Autos, camionetas, tractores y camiones. Todos por un camino alternativo, afectado por las últimas lluvias.
Las autoridades han demostrado con sobrados ejemplos (o sin ellos) que no les interesa en lo más mínimo el estado de la red vial del sur de la provincia.
Los nuevos interrogantes surgen dentro del mismo Coronel Suárez:
¿Será que la prédica de la desidia no es solo de las autoridades?
¿Será que la metodología de la manifestación se cobró a los vecinos como su primera víctima?
La mona disfrazada de seda, mona queda. Y aquí igual. El corte de ruta por mejor disfraz de justo reclamo que tenga es un corte de ruta, penado por ley.
El derecho que todos tenemos a una ruta nueva, o por lo menos en condiciones debe ser garantizado, al igual que el de transitar libremente.
¿Será pues que solo se deberá seguir reuniendo firmas? La agrupación Milla Curá juntó hace tiempo 3000, sin cortar ni una calle.
¿Será que solo deberán continuar las asambleas y manifestaciones populares, pero sin corte de ruta? En la primer asamblea deliberativa los manifestantes eran 400, pero las siguientes dos el número disminuyó considerablemente.
Lo efectivo del corte de rutas resultó un fracaso.
La realidad es que los usuarios viales, sea la vía que fuere (ruta, autovía o autopista), prefieren un camino con pozos a una ruta cerrada.
Y si con este ejemplo no basta, solo hace falta viajar 90 kilómetros hasta la ruta 60, en Huanguelén y observar su estado, o 75 kilómetros, hacia Coronel Pringles y mirar como los automovilistas que aceptan correr el riesgo quedan “colgados” de la barranca al intentar franquear un puente caído hace meses, siendo que 15 kilómetros antes un cartel en la rotonda de San Eloy claramente indica “RUTA CERRADA AL TRÁNSITO”.