Vladimir Merkel Tiene 16 años, es alumno de la Escuela Agropecuaria, proyecta estudiar Diseño Gráfico. Desde muy chico comenzó a llamar la atención de sus profesores y maestros que veían sus cualidades para el dibujo.
No fue a ningún taller de artes plásticas, hasta que hace un año y medio se incorporó al de Cristina Elorriaga, lo que le permitió descubrir la magia de incorporar el pincel a sus obras, lo que potenció sus creaciones.
Sus obras, murales, en este último tiempo, pueden disfrutarse en diferentes lugares: en el taller protegido de Coronel Pringles, en la Biblioteca Parlante de nuestra ciudad, donde incorporó a la pintura relieve para que ciegos y disminuidos visuales puedan seguir las líneas del dibujo y así lleguen a verlo con sus manos, también en la esquina de Alberdi y Sixto Rodríguez y los paredones de Juan Harriott entre Echeverría y España.
Y a partir de este fin de semana, un nuevo mural quedará en la plaza Emilio Forte, en la avenida Casey esquina Villegas.
“Desde que tengo memoria dibujo”, indicó en una entrevista con La Nueva Radio Suárez y agregó que “con estos de los murales estoy desde hace un año más o menos cuando ingresé al taller de Cristina y descubrí el pincel. No pintaba, sino que dibujaba, cuando descubrí el pincel descubrí otra forma de dibujo y me mandé a las paredes”.
Cualquier papel y cualquier elemento que tuviera a mano, era motivo para dibujar todos los días de su vida, y a cada momento.
Sobre la artista plástica Cristina Elorriaga, y quien es su profesora, dice que “fue de gran ayuda para desenvolverme mejor. Es una gran persona, es diferente su manera de enseñar”.
Al Taller Protegido de Coronel Pringles, donde pintó en dos paredes que hacen equina un enorme árbol cuyas ramas se transforman en lugar de cobijo para pájaros y en pájaros mismos, llegó a través de una capacitación en liderazgo que ofreció el Rotary Club.
“Surgió que entre todos había que pintar un taller, y una noche antes, fueron a dar una charla, proyectaron un video y en él había un dibujo de un árbol que yo había hecho. Fue una señal que capté al instante, y me dije “lo tengo que hacer”. Mientras mis amigos y compañeros se iban yo me quedé dos días más para hacer este mural”.
Otro de sus murales, está en la esquina de Alberdi y Sixto Rodríguez, en lo que fuera el laboratorio de análisis del Dr. Pérez Bordoy. Es una pintura que permite preguntarse sobre el calentamiento global y sobre lo que cada uno contribuye en el cambio climático que se está registrando.
Además con un amigo empezaron a pintar murales en la calle Juan Harriott, entre Echeverría y España.
Durante este fin de semana Vladimir estará realizando un mural en la plaza Emilio Forte, la plaza que cruza a la Senda de la Salud, frente a la rotonda de Casey y Villegas.
Preguntado sobre que es lo que allí va a plasmar, responde “eso es sorpresa. Es algo muy diferente en lo que he hecho hasta ahora, que nunca se dio en Suárez. Para mí es un desafío”.
¿Por qué sus pinturas en murales? Con mucha sencillez y lógica lo explica este joven artista: “La calle es para ir de tu casa al trabajo, de tu casa a la escuela, de tu casa a la plaza, o a cualquier lado. Y en ese común pasar, ver una pintura, es algo importante. Una pregunta te tiene que generar. Te puede gustar o no, pero ver una pintura es algo bueno, único. Además personas, sobre todo niños y ancianos, que no concurren a museos, tienen un museo libre y gratuito, y si se quiere de por vida. Eso me gusta mucho”.