Primero casi una calle de tierra entre Sixto Rodríguez y Avellaneda, ahora, después de la lluvia, casi un lago, mientras tanto los trabajos de corrimiento del cordón cuneta están durmiendo el sueño de los eternos.
Lento, muy lento, muy despacio, los vecinos ya entraron en el estado de la desesperanza, se quedaron sin pavimento, sin calle, sin poder transitar, con miles de inconvenientes a diario para entrar a sus domicilios y esto recién empieza, porque como puede apreciarse va para largo.
Fines de noviembre se reunieron con las autoridades municipales, compromisos, buenos augurios, llegó el fin de año y avanza el verano, ya estamos en el segundo mes del 2015 y por lo visto Rivadavia sigue siendo una afrenta a los contribuyentes. Los vecinos desesperanzados.
Anotemos la fecha, febrero del 2015, día 5... Veremos cómo sigue la historia.