La Nueva Radio Suárez entrevistó al Ing. Jorge Bertolami para conocer la marcha de los sembrados de girasol y soja, que son los principales cultivos en nuestra zona, y lo que ha pasado con la comercialización del trigo.
En lo que se refiere al girasol se vio comprometido este cultivo por un ataque de la chinche diminuta del girasol, cuya presencia se registró por primera vez en nuestra zona y que obligó a una rápida fumigación aérea.
Sobre este planteo dijo el Ing. Bertolami que “no se sabía mucho sobre este insecto y de los por qué de su presencia. Pero se lo combatió, se lo trató debidamente con resultados positivos, por lo que creemos que en general no ha hecho daño, los que no trataron era porque quizá haya estado el girasol en flor, en lotes muy tempranos. Pero la mayoría de los lotes fueron tratados. Fueron ocho o diez días de trabajo intenso. El resultado general de las fumigaciones fue positivo, ya que se limpiaba el lote de estos insectos. Además el tiempo después ayudó para que evolucionaran muy bien los girasoles, sobre todo con las lluvias de los últimos días”.
Sobre el cultivo de soja consideró el técnico consultado que “ahora con la lluvia está mejor. La soja estaba más atrasada, con bastantes problemas de malezas, de manera que esta última lluvia la ha ayudado mucho. Aunque nunca vamos a encontrar en nuestra zona una soja como está en la zona núcleo, 100 kms. arriba de nuestro Distrito”.
Sobre la comercialización de trigo, el Ing. Bertolami volvió a ser enfático y tajante sobre la aplicación de políticas que se consideran inconvenientes.
“Seguimos igual que antes. Es un desastre. No tenemos compradores para trigo en condiciones cámara. Prácticamente hay un comprador aquí cercano que es Molinos Pigüé. Algún exportador que compró algo en Bahía Blanca, pero la mayoría de los exportadores están pidiendo calidad. Es decir, un mínimo de proteínas de 10,5 y un peso hectolítrico de 78, que no es fácil conseguirlo, no al peso sino a la proteína. Así y todo lo que está muy mal es el precio: si vemos el precio que tiene según el Ministerio de Agricultura el trigo argentino, le sacamos el 23% de retenciones, el productor argentino no recibe nada. Se queda mirando cuando viene a cobrar. Además subieron las tarifas de transporte un 26%, que ya estaba previsto. No guarda relación los costos de producción, cosecha y transporte y el valor final del trigo. Es esta una realidad muy dura”.