El día lunes amaneció con una mañana clara de verano, un sol pleno, pero de pronto gruesos nubarrones invadieron la ciudad hasta hacer encender las lámparas con sensores de oscuridad porque prácticamente daba la sensación que se venia la noche, con descargas eléctricas y con sucesivos chaparrones que anegaron calles céntricas, donde en pocos minutos los desagües fueron operando hasta normalizar la situación.
Los registros fueron tan dispares que hubo 95 mm. en Cura Malal, 80 mm. en las proximidades del Cementerio de Pueblo San José, mientras en la zona rural por la tarde se daba cuenta de unos 60 mm. en La Emilia y 37 mm. en La Lonja de Harriot.
El Balneario Municipal ya presentaba un panorama de creciente, ya que las lluvias en el cordón serrano habían sido intensas durante el día domingo y la precipitación del lunes, con lo cual el arroyo ya se venia cargando y en consecuencia era de esperar su desborde en todo el tramo correspondiente al tradicional paseo veraniego.
Fue una lluvia sorpresiva, casi inesperada, si bien el pronostico lo adelantaba las condiciones meteorológicas con que el lunes se inició descartaban de plano un fenómeno de estas características, que por suerte llegó solo con chaparrones violentos pero sin granizo o viento fuerte, como ocurrió en localidades de la zona.