El martes por la noche se produjo la Asamblea Anual del Centro de Día para la renovación de la Comisión Directiva, pasando el encuentro a un cuarto intermedio hasta los próximos diez días.
En visita a la entidad, su Directora, la Profesora Carolina Etcheverry, quien hace alrededor de diez meses está en esta función, se refirió a la marcha institucional reflexionando que “la experiencia ha sido muy positiva, tanto personal, desde las vivencias que se pueden tener, hasta los aprendizajes institucionales, hacia los chicos, los concurrentes al Centro de Día. Creo que cada Director le pone su impronta personal. Ese es el granito de arena que Director y Comisión Directiva tratamos de poner”.
Sobre las vivencias que ha adquirido en estos meses de trabajo al frente del Centro de Día, señaló que “yo tengo una formación sólida profesional, pero referida al trabajo con niños. Ya había trabajado en un Centro de Día, no en esta ciudad. Trabajar con adultos en otra cuestión, porque hay otras necesidades y una nueva mirada sobre el adulto con discapacidad, que no es la del niño a la que podría estar acostumbrada. Hay que pensar en un adulto que a veces se nos asemeja a un niño y no lo es, que necesita que uno lo trate con respeto, pero por sobre todas las cosas poder encauzar sus actividades hacia algo que sea dignificante”.
“Por ejemplo, no porque sea un discapacitado de 40 años tiene que estar escuchando música de jardín de infantes. Esta es toda una revisión que hay sobre este tema. Hoy se piensa que la discapacidad intelectual son las dificultades que tienen para resolver cuestiones netamente intelectuales, pero en otras áreas puede seguir avanzando. Puedo tener 40 años y realizar una operación matemática de un nene de 8 años, pero no significa que en el resto de las áreas soy un nene de 8 años. En otras áreas me puedo comportar igual que una persona de 40 años”.
La Directora del Centro de Día luego expresó que “por eso desde nuestra institución apuntamos mucho a las salidas sociales, disfrutar de un lugar público, una plaza, un encuentro de bandas, encuentros con personas con y sin discapacidad. Esos lugares nos vuelven a todos más iguales, es lo que uno tiene que fomentar. Lo fuimos haciendo durante el año tanto con escuelas como con otras instituciones. Favoreciendo su relación con otros y pensando también que los chicos necesitan el contacto con personas diferentes. Planificamos las actividades, los encuentros, para que resulten experiencias agradables, de aprendizaje y de verdadero intercambio”.