Marcelo Fernández Chávez es Profesor de Educación Física desde hace muchos años. Veinticuatro en realidad desde que se recibió y salvo el año pasado ha trabajado 29 veranos.
Dice que no le pesa seguir trabajando en la temporada que para muchos es de descanso, lejos de eso disfruta de las propuestas en las que la docencia se ejerce en otro ámbito, en otros escenarios, al aire libre. Docente de niños, pero también de las nuevas generaciones de profesores de educación física o de los que ya lo son y están recién recibidos, haciendo sus primeras armas en esta tarea.
Es director de la colonia de vacaciones del turno mañana del Centro Comunitario Espíritu Santo.
Consultado por La Nueva Radio Suárez dijo que “tenemos un grupo muy lindo de chicos de 6 a 12 años que vienen con muchas ganas. Están pasándola muy bien. Los profes que tengo a cargo son dos jóvenes que están estudiando, por lo que para mí es un desafío bastante lindo porque aparte de dirigir la escuela se hace un poco de docencia. Yo estoy en una etapa de mi vida donde puedo empezar a transmitir un poco de mi experiencia y resulta un lindo desafío. El balance que hicimos el año pasado fue muy bueno. Los chicos que vienen a participar de la colonia la pasan bien, los profes que están estudiando también me dijeron que están aprendiendo, por lo que es muy bueno para todos”.
Consultado sobre las nuevas generaciones de profesores, respondió convencido que “son como las viejas generaciones: en nuestra época y anteriores había gente con muchas ganas y seguramente que había otros que no tenían tanta vocación. Yo creo que en las camadas nuevas pasa lo mismo, el error está en nosotros, como formadores, en no transmitir todo lo que tenemos que transmitir. Por ahí no les damos todo lo que deberíamos darles. Yo soy un convencido que es más fácil echarle la culpa a los chicos, que están difíciles, complicados, y por ahí somos los adultos los que estamos perdiendo un poco el rumbo”.
Sobre las enseñanzas para los chicos que concurren a la colonia de vacaciones dijo que “estaba un poco el mito que en piletas de lona no se podía enseñar a nadar, y yo soy un convencido que donde hay un poco de agua algo se puede enseñar de natación. No creo que esto sea una excusa para que los chicos se pierdan la oportunidad, a veces única, de hacer natación. Debemos tomar en cuenta que lo que no les demos nosotros tal vez no lo obtengan en otro lado. Yo le decía a los profes que trabajan conmigo la semana pasada, antes de empezar, que tenemos que tratar que los chicos la pasen bien, de nosotros pasarla bien y fundamentalmente que los chicos todos los días se lleven algo nuevo. Que cada día vuelvan a su casa contentos porque aprendieron algo y que quieran venir al día siguiente. Así, con las limitaciones del caso, hay un grupo que ya está nadando crawl”.