Una alegría tan grande no puede quedar solamente en un estadio de fútbol.
Es por eso que cuando parecía que los festejos de agotaban en el “Rubén Segui”, no fue así.
Largas caravanas de autos, camionetas, motos, alguna bicicleta, caminando o corriendo, no importaba, el hecho era llevar el gran festejo por la obtención del titulo al centro de la ciudad.
Y allí en la tradicional Plaza San Martín, calle Mitre, Alsina, Sarmiento, Brandsen, la sede boquense, su salón gimnasio, en cada lugar, en cada rincón, no faltaron los abrazos interminables, los saludos, las bocinas, los cánticos, algunas lagrimas de emoción de todos.
Muchos chicos jóvenes que practican algún deporte en la institución, mucha gente nueva que se fue sumando en los últimos años a partir del crecimiento de Boca Juniors, pero también aquellos que tienen mas tiempo en el club, no solo los jugadores, sino simpatizantes y allegados de todos los tiempos, todos quienes vieron cumplir este sueño de consagrarse campeón por segunda vez en su historia.
Tampoco faltaron los campeones del 97, por eso no fue raro ver a los hermanos Claudio, Sergio y Gabriel Steimbach, a José Casenave, Hugo Biscaro, “Pantera” Desch, Eduardo Frank, el Beto Haag y algunos otros de esa época.
Todo fue festejo. Todo alegría y emoción. Y por cierto que bien merecido lo tiene Boca Juniors. En lo deportivo demostró ser el mejor equipo de la temporada y en lo institucional dio un gran salto con la incorporación de la cancha de hockey con piso sintético tras una muy importante inversión.
Más no se puede pedir, un 2014 que seguramente será inolvidable para toda la familia boquense, coronado con este campeonato en primera división.
Boca está feliz y por eso festeja.