El Centro de Rehabilitación Ecuestre Maymará cerró su ciclo 2014 el jueves pasado con un acto en la quinta en la cual realizan las actividades y que es cedida gentilmente por el Doctor Alfredo Miriuka.
Se entregaron reconocimientos a alumnos, colaboradores y se mostraron los trabajos con los caballos.
Como todos los años Maymará cerró con un emotivo acto del que participaron alumnos, padres, familiares, docentes e instructores.
Este proyecto es encabezado por un grupo de vecinos que en forma desinteresada colabora todos los sábados para lograr una mejor calidad de vida en niños y adultos con capacidades diferentes. La conducción del acto estuvo a cargo de Natalia Ciani.
La equinoterapia es una alternativa terapéutica basada en el estímulo de los músculos y las articulaciones del paciente a través del movimiento tridimensional del caballo, así como el contacto con el animal que ayuda a mejorar los niveles cognitivos, comunicativos y de personalidad de la persona aquejada por una enfermedad o una discapacidad.
María Angélica Dupuy y Muriel Pérez integrantes del grupo dejaron su mensaje ante los presentes.
María Angélica Dupuy expresó que “pasó otro año de arduo trabajo, nos hemos dedicado a mejorar lo que son las actividades en cuanto a que hemos realizado varias capacitaciones, para poner en marcha todo lo aprendido con los abuelos del hogar, los chicos que se han incorporado este año con capacidades diferentes, aumentó el número de personas que ayudan en equinoterapia, por eso estamos por demás felices y contentos con el trabajo de este año”.
Por último agradeció la colaboración recibida de la comunidad: “sin la solidaridad de muchos esto no se puede realizar, porque estamos en una quinta prestada, los caballos son donados, el lugar donde permanecen es en forma gratuita, por eso gracias a todos y a seguir trabajando”.
Muriel Pérez: “tratamos de crear un grupo, de formar una unión, de que esa energía sea compartida y no hablamos de solidaridad porque no solo damos sino que también recibimos. En mi caso es mucho más lo que recibo de lo que doy, lo siento así, y quiero que sea mutuo, en general y que todo el mundo lo pueda percibir, de que no es solamente un alumno y un equinoterapista sino hay un caballo que da y recibe, la idea es que abramos la mente y el corazón y que para nosotros no sea un compromiso”, destacó que han logrado que éste sea un lugar de relax, charlas y mates, “el grupo que hemos logrado es homogéneo y tiene una conexión especial”, por último cerró con la siguiente frase: “las cosas buenas pasan a quienes las esperan. Las mejores a quienes van por ellas”.