El último lunes en la ciudad de Bahía Blanca nuevamente dos suarenses que están haciendo el camino hacia la ordenación como Diáconos vivieron otro momento especial en este recorrido.
El primero había sido la Admisión, ahora fue el Lectorado y resta el Acolitado, otro Ministerio que recibirán en ceremonia el 20 de diciembre, según se anticipó, y allí les informarán la fecha en la que serán ordenados Diáconos, ceremonia que sí tendrá lugar en Coronel Suárez, en la Parroquia Nuestra Señora del Carmen.
La Nueva Radio Suárez entrevistó en esta ocasión a Alberto Segui, quien explicó que “el Lectorado es uno de los Ministerios menores. Luego viene el Acolitado, los que debemos recibir antes de la Ordenación”.
Comentó que a esta decisión pensada de ser Diácono, “antes viene el llamado de Dios. Es Él quien sale a nuestro encuentro y nos mueve a nosotros para que podamos ir discerniendo este llamado”.
Explicó que el Lectorado está relacionado con las lecturas en la misa, “pero esta vinculado también con la Catequesis. Es un Ministerio que ya estamos ejerciendo, tanto Diego Arean como yo. La Palabra de Dios, como dice San Pablo, es viva y eficaz, que penetra hasta lo más profundo de nuestro ser. Nuestra función es interpretar la Palabra de Dios y acompañar a los grupos de Catequesis”.
Explicó Alberto Segui, en relación al próximo Ministerio que recibirán el 20 de diciembre, que el Acólito es el que ayuda en el Altar y esta relacionado también con llevar la Eucaristía a los enfermos, a los impedidos, a los que no pueden participar de la misa.
En cuanto a la ordenación indicó que “no hay una fecha establecida. Nos estuvieron adelantando que después de Pascua, para lo que continua que es el tiempo pascual litúrgico. Probablemente será para esa fecha”.
“Quería aprovechar esta oportunidad para hablar de nuestras familias. Siempre aparecemos nosotros, pero nuestras familias tienen un puntal muy importante en nuestra vida. Nuestras esposas e hijos son los que nos acompañan en este caminar, en cuanto a los tiempos, con la oración. En este acompañamiento ellos tienen un papel muy importante. No podemos llevar adelante esto sin el apoyo de nuestras familias. Este fue un llamado de Dios, pero nuestro primer llamado es al matrimonio. Dios no quiere que se vea afectado nuestro matrimonio, nuestra relación familiar, para volcarnos en esta tarea. Las dos tienen que conjugarse bien, eso es lo difícil. Por eso el papel de nuestras esposas y familias es muy importante. Después está el acompañamiento de la comunidad. Uno experimenta realmente el poder que tiene la oración. Muchas abuelas a las que les llevo la Comunión me dicen que lo único que pueden hacer es rezar, que no pueden hacer otra cosa, y les digo ¡qué más! ¡Cuanto poder tiene la oración! Y uno experimenta que hay toda una comunidad que está orando, que está acompañando. Es una vivencia muy linda para nosotros que nos sentimos verdaderamente acompañados”.
En el final de la entrevista, Alberto Segui dejó un mensaje para todas las personas que quieran escucharlo, pero especialmente para los jóvenes.
“Dios nos llama a todos. Los jóvenes no tienen que tener miedo, como decía San Juan Pablo II, de entregar sus vidas a Cristo. Cristo no te saca nada sino que te da todo. No es que Dios dejó de llamar al sacerdocio, sigue llamando, pero por ahí no lo escuchamos porque la propuesta del mundo es aparentemente más atractiva, pero uno encuentra la felicidad cuando encuentra su vocación, es así de simple. Hay distintos tipos de vocación. Uno puede ver en diferentes lugares y actividades quien lo hace por vocación y quien lo hace porque lo tiene que hacer. Las cosas no se dan en la vida porque me vinieron y tengo que asumirlas, como el asumir que soy padre. Hay que serlo porque Dios nos llama a eso”.
Con la seguridad y calidez que lo caracteriza, Alberto Segui nos expresa que “tengo que descubrir cuál es el llamado que Dios tiene para mi vida. Es triste encontrarse con gente adulta a la que le ha pasado la vida y no se descubrió para qué estoy acá en la tierra. Por eso el mensaje y la invitación, ahora que comenzamos el tiempo de adviento para esta Navidad, muy especialmente para los jóvenes, que no tengan miedo de escuchar el llamado que Dios les está haciendo. A mi me costó discernir un tiempo que era este el llamado que Dios me estaba haciendo. No es fácil, no voy a obtener la respuesta inmediata, pero es un trabajo que tenemos que ir haciendo. Por eso quiero decirle a los jóvenes que no tengan miedo de preguntar a Dios ¿para qué me queres?".