Hace 16 años, con la inspiración, el empuje, la fuerza y la convicción para concretar en hechos el mensaje de Jesús, el Padre Carlos Amuchastegui puso en marcha el Centro Comunitario Espíritu Santo.
Detectada la necesidad que entonces comenzaba a hacerse palpable y utilizando el mismo espacio de la Capilla donde se daba la misa, en la Avenida Alemanes del Volga de Santa Trinidad, se abrió un comedor para los niños que atendía los días sábados.
Empezó atendiendo 15 niños. Al poco tiempo había 30, 40, 60. Para el año 2001, la mayor crisis económica de los últimos tiempos en nuestro país, concurrían cada sábado más de 100 niños, mientras que se preparaba la vianda para muchas familias para que el día domingo tuvieran comida para compartir.
A la ansiedad de preguntarse qué menú preparar cada sábado y con qué productos elaborarla, siempre estuvo la respuesta solidaria, sobre todo de la gente de la comunidad, que en forma silenciosa y con mucha generosidad hizo y hace donaciones para la continuidad de esta asistencia.
Hoy el Padre Carlos Amuchástegui no está al frente del Centro Comunitario, pero están las personas que iniciaron con él esta propuesta, como es el caso de Norma Gaab.
A ella la consultamos sobre el pasado y el presente del Centro Comunitario.
“Empezamos de la nada con el Padre Carlos, apoyando los platos en pupitres, que me acuerdo se nos resbalaban, hasta que pudimos conseguir tablones. El Padre Carlos hizo mucho por Santa Trinidad, nunca nos vamos a olvidar. Hace poco, cuando lo visitamos en la casa para sacerdotes en la que vive, en Rafael Calzada, le mostramos fotos de cómo está hoy el Centro Comunitario y nos dijo, muy emocionado, ahora me puedo morir tranquilo”.
Norma recordó que “esta fue su obra y nosotros se la mantenemos lo mejor que podemos. Ahora son otras épocas. Antes teníamos una cocinita de un metro y teníamos que empezar a pensar el lunes qué íbamos a cocinar el sábado”.
“Cuando cerró Gatic llegamos a tener 110 chicos en nuestro comedor; repartíamos incluso soja y dábamos las viandas a algunas familias para favorecer la unidad familiar. Hoy estamos un poco mejor. La comida está programada gracias a la gente que nos ayuda de manera permanente. La Municipalidad nos dona la carne picada; los martes ya sabemos lo que van a comer los chicos a lo largo del mes. Esto es el esfuerzo de la gente, de la cadena solidaria de toda la población que colabora y los medios de prensa que siempre están presentes”.
Hoy el Centro Comunitario, con instalaciones ampliadas, realiza tareas de promoción, entre otras dando apoyo escolar para los chicos que concurren al lugar; los sábados hay grupos de jóvenes que proponen juegos y actividades para los chicos que asisten. Y funciona también un taller que hace aparado de calzado donde trabajan 14 mujeres, reunidas en forma de cooperativa.
Este jueves, para celebrar el 16º aniversario de la creación del Centro Comunitario, habrá una misa en la Capilla del lugar a las 20 horas. Queda toda la comunidad invitada.