Era mi intención escribir esta carta la semana pasada, pero me contuve, sé que no es recomendable escribir “en caliente”, por eso dejé pasar unos días.
La semana pasada, igual que muchos vecinos del Distrito, sufrí una nueva inundación, en mi caso aclaro que no la sufrí en mi casa particular, como sí les ocurrió a otros, sino en mi campo. A alguien le puede parecer que entonces no es tan grave y seguramente es así, comparado con otros casos, de todos modos les aseguro que el daño es importante, no solo afectó la producción de mi tambo, también el suelo sufre un deterioro en cuanto a su estructura y un importante “lavado” en cuanto a sus nutrientes, que no es tan fácil ni económico recomponer. Otro aspecto no menos significativo es la parte operativa que requiere este tipo de explotación, al no “poder parar” todos los días del año pase lo que pase, por lo tanto, sufren tanto la gente que trabaja como los animales que no tienen ni un lugar seco para echarse.
Estoy hablando que esto ocurre A TAN SOLO 10 CUADRAS DE LA PLAZA PRINCIPAL, NO ES LÓGICO QUE EL AGUA DE LAS SIERRAS VENGA POR UN CAMINO HACIA LA CIUDAD.
Estoy acostumbrado a tomar decisiones diariamente, lidiar y enfrentar innumerables problemas que tiene la actividad, vivo de ella hace más de 30 años como productor tambero y una de las cosas que hemos logrado con mi Sra. es lograr un buen equipo de trabajo con la gente que trabaja en nuestra empresa, es un verdadero capital humano. También ellos saben cómo enfrentar las contingencias climáticas, sabemos lo que significa soportar frío, barro, vientos, calor y sequía, podemos “convivir” con excesos de lluvia, pero con la que recibimos del cielo, NO CON LA QUE NOS ENTRA DE LA RUTA 85.
La falta de mantenimiento de las cunetas de la ruta, los diferentes tipos de alcantarillas, sus distintas capacidades y sobre todo los distintos niveles en que se encuentran de ninguna manera pueden soportar semejante cantidad de agua proveniente de las sierras, no están hechas para ello. Se viene el agua por la calle vieja que va a Cura Malal, choca contra la Ruta 85 y pretendemos que vaya encausada por la cuneta de la misma, esto no ocurre, se eleva el nivel de la misma y entra en las viviendas y campos aledaños, ocasionando graves daños a los vecinos que estamos al oeste de la Ruta, para luego de inundarnos volver a la Ruta 85 por medio del camino del Cementerio Municipal. Un verdadero despropósito que perjudica a muchos y no beneficia a nadie.
No pido una solución sólo para mí, pretendo que de una buena vez se estudie el problema hídrico del Distrito, se planifique y se lleven adelante las obras que se tengan que hacer. Seguramente algunas dependerán del Municipio y otras de la Provincia, son varias las inundaciones que soportamos y si bien se ha limpiado algún tramo de algún arroyo, nunca se hizo un estudio serio, profundo y general del manejo de las aguas de la cuenca, necesitamos una fuerte y rápida decisión política en ese sentido.
Cordialmente, Alberto D. Fernández - D.N.I. 13.323.072