“Nosotros trabajamos con el programa Maltrato Cero, cultura de paz, lo gestamos con el Gobernador Scioli hace 3 años junto a Adolfo Pérez Esquivel. Lo hacemos para ver si podemos fomentar en nuestra sociedad la paz, los valores y la buena convivencia. Sentimos que en un tiempo histórico, donde la violencia cunde y atraviesa todas las franjas de nuestra sociedad, tenemos que hablar de este tema, hacernos cargo y construir políticas activas para poder enfrentarlo. El objetivo es muy ambicioso y es erradicar todo tipo de violencia en nuestra vida cotidiana. Pero los objetivos ambiciosos, si son individuales, son casi impracticables, pero cuando lo es de una comunidad o un grupo humano que se decide a caminar, a obtener cierta meta, entonces esto es absolutamente posible”, dijo la Ministra Álvarez Rodríguez en la parte central de su discurso.
Al referirse a la violencia afirmó que “el problema es absolutamente de todos. Para mejorar la sociedad en que vivimos, fundar en valores y construir la paz lo primero que tenemos que hacer es mirarnos adentro. La paz no pasa por un hecho exterior, pasa en primer lugar por un hecho interior. Qué está pasando con cada uno de nosotros. Todos tenemos adentro luces y sombras, todos nosotros tenemos violencia adentro que erradicar”.
La Ministro insistió con que “la violencia no es algo de los otros nada más; también nos atraviesa a nosotros. Mirando esa luz y esa sombra que tenemos todos tenemos que elegir qué hombre y qué mujer queremos volver a traer al mundo. Nacemos cuando abrimos los ojos a la vida, pero también podemos volver a nacer el día que elegimos. En ese sentido, buscando adentro, debemos tratar de erradicar la violencia que nosotros tenemos para después poder compartir con los demás y fijar objetivos comunes”.
Mas contundente y clara todavía, Cristina Álvarez Rodríguez expresó que “implica volver a pensarnos y detenernos en un mundo convulsionado, voraz, que no tiene tiempo para hablar de estas cosas porque siempre hay otras cosas prioritarias. Construir la paz no es un hecho abstracto, nosotros hablamos en el Consejo de las Mujeres de una paz bien activa y concreta. Hablamos de la paz, no del agua del estanque, de la paz quieta, sino de la que corre a toda velocidad en un barrio o en una institución que se decide a ponerla de manifiesto”.