En las primeras horas de la tarde del viernes, y después de una jornada triste y acongojada para toda la comunidad hospitalaria, su personal y profesionales, se llevó a cabo la despedida a la Dra. Nora Etchemendigaray de Vilariño, quien falleciera horas antes dejando una sensación muy especial entre todos sus allegados.
De más esta consignar sus cualidades humanas, porque ha sido una profesional siempre de bajo perfil, casi silenciosa, pero altamente efectiva a la hora de la atención del paciente, de recurrir a cualquier hora al Hospital sin siquiera molestarse ni por la hora o la oportunidad, porque siempre estaba el paciente, siempre era necesaria su presencia bajando aceleradamente en la Guardia, ingresar con el estetoscopio ya en la mano y una predisposición admirable que ya comenzaba a aliviar ni bien se notaba su presencia en el Hospital.
Sentidas palabras del Dr. Denaro, quien definió muy bien su personalidad, sin ocultar la emoción, los años compartidos en el trabajo, la dedicación de Nora, el cariño con que siempre trataba primero a sus enfermeros, a sus compañeras de trabajo, y prueba de ello ha sido la despedida mientras el cortejo fúnebre trasladaba sus restos hacia el Cementerio Municipal.
En nombre de sus compañeras y sus pacientes se entregó un presente floral que fue colocado sobre el coche fúnebre, luego las palabras del Director de Hospital rodeado por el Dr. Daniel Vilariño y sus hijos y finalmente un Padre Nuestro rezado por todos los presentes y que surgió desde el Voluntariado del Hospital Municipal, cuyas integrantes también participaron de este sencillo acto que se cumplió frente al establecimiento, por calle Garibaldi.
El Dr. Denaro habló de la entereza de su familia, de los valores que Norita supo demostrar entre sus colegas, sus compañeros de trabajo y rogó a Dios Nuestro Señor para que su ejemplo esté siempre presente y llegue el consuelo a sus seres queridos que tanto la han cuidado.