El último sábado, en una ceremonia que se llevó a cabo en la Catedral de Bahía Blanca con la presencia del Arzobispo Auxiliar, se produjo la admisión al orden diaconal de un grupo de personas de diferentes lugares de la Arquidiócesis que se vienen preparando para el Diaconado Permanente, entre ellos Alberto Segui y Diego Arean de Coronel Suárez.
Más adelante recibirán dos ministerios, el Lectorado y el Acolitado, el primero los vincula a la palabra de Dios y el segundo al servicio del altar.
Y serán consagrados Diáconos, se estima que hacia fin de este año, sin fecha especificada todavía, en una ceremonia que se llevará a cabo en la Parroquia Nuestra Señora del Carmen.
Consultado Diego Arean se manifestó “muy feliz, muy contento. Esto es algo que desde hace mucho tiempo lo venimos trabajando desde el plano espiritual. Nosotros entendemos que esto es una vocación, entonces es un signo que se va palpando desde el tiempo que nos venimos preparando; muchos más años que los estrictamente de formación, mientras fuimos haciendo el proceso y viendo qué nombre ponerle a esto que sentíamos como una necesidad de servicio”.
Recordó que el orden sagrado tiene tres grados: el primero es el que recibe el Obispo, luego el Prebistero, que son los curas, y luego el Diaconado.
“En nuestra Arquidiócesis hay una escuela de ministerios y diaconados, que está organizada con cuatro años de estudio y un año de etapa pastoral, que sería como de preparación final para recibir el orden. Decimos Diaconado Permanente debido a que nuestro Obispo y nuestros curas en algún momento fueron diáconos, pero fue en camino a ser sacerdotes. En nuestro caso seremos Diáconos de manera permanente”.
Sobre lo que implica el acompañamiento de la familia, destacó que “si bien la familia no es la que va a recibir el orden sagrado del diaconado sí va a tener que acompañar. Especialmente la esposa ha tenido que presentar, incluso al Arzobispo, una carta en la que indica que está en conocimiento de todo lo que estamos haciendo y nos permite hacer este camino. Y nosotros, en nuestra espiritualidad diaconal, descubrimos al matrimonio como nuestra primera escuela para ser Diáconos. En el mes de marzo teníamos un encuentro y el Obispo Auxiliar, Monseñor Laxague, nos decía que como tratamos a nuestras mujeres es como después vamos a tratar nuestra comunidad. De manera que el matrimonio, que es nuestro primer llamado, se transforma en nuestra escuela”.
Agregó que “con mi esposa sentimos que esto es muy grande, que nos queda grande. Por momentos nos da temor, por momentos nos conmueve. Siempre la vocación de cada uno de nosotros es más grande de lo que podríamos aspirar. Pero estamos felices, contentos”.
Más adelante, en la nota periodística, recordó que como Diáconos podrán administrar los siguientes sacramentos: bautismo y matrimonio.
“Estos dos sacramentos son propios y después tiene algunas tareas, ministerios que son propios en el altar, durante la misa, como la lectura del Evangelio, la prédica, la invitación al pueblo a que se de la paz, el saludo final, la preparación del altar, entre otras cosas”.
Agradeció el acompañamiento físico y a manera de oración que muchos miembros de la comunidad realizaron en estos días, previo a la ceremonia de Admisión, que tuvo lugar el pasado sábado en Bahía Blanca.