La consigna de crear grullas de papel en la lucha por la paz se remonta a la historia de una niña afectada por la bomba de Hiroshima durante la Segunda Guerra Mundial, una amiga le dice a esta niña que para que se cumpla su deseo de curación ella debería plegar 1000 grullas, no llega a completar las grullas, fallece antes, por lo cual sus amigos completan el número y como legado que deja esta niña el deseo es la esperanza por la paz, no más guerras.