Tiene 88 años, es uno de los vecinos más antiguos de la localidad rural de Cura Malal.
En la jornada del miércoles recibió un certificado de la Municipalidad, en reconocimiento por todos estos años de trabajo y permanencia en el lugar.
Fue a la Escuela Nº 6, recuerda a cada una de las maestras que tuvo desde 1er grado, en el establecimiento en el que en los recreos jugaba a la pelota, a la payana, a la bolita y a Martín Pescador.
Cuando creció un poco empezó a ayudarle a su padre en el almacén de ramos generales que la familia tenía. Era de esos almacenes con grandes cajones en los que se guardaban a granel todos los productos, que luego se vendían por kilo y por gramo a los clientes.
Nació en la estancia Curamalán, cerca de los galpones de esquila. Siempre transitó las calles del pueblo, a las que conoce de memoria, como a toda su gente.
El miércoles por la mañana, con la sencillez de hombre de pueblo, recibió el diploma que lo reconocía como uno de los vecinos de más años de Cura Malal.