En el acto del Día del Maestro alumnos y docentes del Jardín de Infantes Nº 913 de la Unidad Académica "Dr. Julio Cesar Lovecchio" despidieron a la docente Marta Susana Borgnis de Arrarás, jubilada el pasado 28 de febrero.
Previo al acto de formal despedida la docente Dolores Roth recordó la figura de Domingo Faustino Sarmiento y aseguró que "el 11 de septiembre es una de las fechas mas significativas para quienes estamos frente a un aula".
"Esta fecha recuerda un nuevo aniversario del fallecimiento de un importante intelectual de la cultura y la política de nuestro país".
"Político, pedagogo, escritor y Presidente, además de ser el responsable de la restructuración del sistema educativo, como así también el impulsor de la Ley de Enseñanza Pública y Gratuita".
"Sarmiento entendía que el fortalecimiento de la identidad desde la educación era la manera de unir a una sociedad dividida culturalmente".
"Hoy, mientras nos asustamos viendo el desmembramiento de la sociedad, sería interesante reflexionar sobre la necesidad de revertir esta situación desde la escuela, trabajando entre docentes y alumnos para construir una realidad que nos resulte mas feliz" finalizó Dolores Roth.
Retiradas las banderas de ceremonia, marcando el final de la parte protocolar de la convocatoria, la maestra inicial Sonia Roldan, resaltando la figura de Marta Borgnis, recordó que "fuiste mi primer compañera de trabajo cuando llegué de Guaminí en 1985".
Y luego aseguró "quisiste ser una persona que diera amor a los niños que pasaban por tu vida, siendo consiente que no eran tus hijos y que seguramente con el tiempo, al crecer, se olvidarían de ti. Quisiste ser una persona que, como un albañil, derrocaría muros y construiría puentes a diario para poder volver. Una persona que trabajaría en un espacio donde la imaginación no tiene limites".
Posteriormente la Directora del Jardín 913, Cristina Tello, leyó el primer informe del cuaderno de actuación de Marta Borgnis y también el último, con su evaluación final por cese jubilatorio en el que se remarcó que "decir adiós cuesta, y mas aún cuando el que parte deja huellas profundas en el corazón de quienes compartimos la tarea".
"Cada ser humano es único y por lo tanto su presencia irremplazable" finalizó Cristina Tello, Directora del Jardín de Infantes de la Unidad Académica.
La docente Alejandra Robea, en nombre del cuerpo docente señaló que "despedimos a quien nos regaló su sabiduría, paciencia y dedicación".
"Tus alumnos te recordarán siempre por haber sido su formadora en la infancia".
La docente luego se preguntó "¿Puede jubilarse una cabeza productiva y abierta? Creo que no. Lo que se deja son horarios, obligaciones, planes e informes pero el pensamiento no se jubila, se abre al ocio creador en el mejor de los sentidos".
"Agradecemos infinitamente por tu tiempo y paciencia y por sembrar conocimientos y valores que permanecerán en nuestros corazones" finalizó la docente y ex alumna de Marta Borgnis, Alejandra Robea.
Por último, después de recibir presentes y de un homenaje musical por parte de sus alumnos y ex compañeras, Marta Borgnis dijo que "comencé la carrera docente en una escuela primaria, siendo maestra de grado de la docente Alejandra Robea que hoy me despide como compañera de trabajo, después me llamaron para una suplencia en un jardín de infantes y me di cuenta que eso era lo que quería. Los jardines fueron mi vida durante los siguientes 30 años".
"Los pequeños llenaron mis horas de alegría, besos pegajosos, abrazos interminables, llantos desconsolados y hasta dolores de panza que se curaban con una cucharadita de agua con azúcar".
"Aprendí que la docencia nos da mucho pero requiere de mucho compromiso".
"Puedo decir que tengo todo lo que quiero y que me siento acompañada".
Finalmente, visiblemente emocionada, Marta habló de su familia, de quien dijo son "el pilar fundamental".
"Aprendí de mis padres el valor del trabajo y la responsabilidad; mis hermanos, cuñadas y sobrinos son lo mas cercano que tengo porque mis hijas estudian en La Plata".
"Jimena y Florencia, mis hijas, crecieron viendo a una mamá que jugaba con otros chicos y que preparaba regalos que no eran para ellas pero nunca reclamaron nada, siempre entendieron mi amor por los alumnos".
"A Eduardo, mi esposo, le tocó toda la planificación en noches interminables en las que además había que hacer carpetas y legajos. También tuvo que asistir a los actos y reuniones de nuestras hijas porque yo trabajaba en otros jardines".