Bajo la organización de la Asociación de Profesionales y Técnicos de la Salud de Coronel Suárez, y el Servicio de Salud Mental de la Secretaría de Salud de la Municipalidad, se llevó a cabo el último sábado la primera jornada de actualización sobre trastornos de la conducta alimentaria.
Para ello, llegó a nuestra ciudad especialmente el Dr. Omar Amador Alva Lilué, que es Psiquiatra del Hospital Argerich y Coordinador Asistencial del Servicio de Trastornos de la Conducta Alimentaria; y la Licenciada en Nutrición Natalia Glanz, integrante de los equipos interdisciplinarios del mencionado centro de atención de la salud.
La actividad se llevó a cabo en la sala de deliberaciones del Concejo Deliberante, y contó con una numerosa participación de psiquiatras, psicólogos, nutricionistas, pediatras, otros profesionales de la salud y también de la educación ya que había presentes en la sala, docentes, profesores de educación física y estudiantes de diferentes carreras.
Antes de iniciar las disertaciones, los dos profesionales visitantes hablaron con los medios de prensa de la ciudad.
Destacaron, sobre todas las cosas, la importancia del trabajo en equipo y de la atención interdisciplinaria de la atención de los trastornos de la conducta alimentaria.
Resaltaron que este tipo de trastornos pueden definirse de una manera simple, “a través de dos complicaciones que tienen que estar presentes. Se trata de cuadros psiquiátricos, esto es lo primero que hay que entender. Si estos dos criterios están presentes, el trastorno está presente, si alguno de ellos no aparece, la anormalidad no está presente”.
Los médicos expresaron que “los criterios son, el primero; alteración de la conducta alimentaria –atracones, restricción dietética, vómitos autoprovocados, etc; el otro criterio es que esta alteración tiene que ser consecuencia sí o sí de una excesiva preocupación por la imagen corporal, una distorsión de la imagen corporal, y un temor mórbido al aumento de pesos”.
“Para ejemplificarlo de una manera simple; la paciente restringe la comida porque se ve gorda, no quiere aumentar de peso. Digo esto porque hay cuadros que tienen alteraciones de la conducta alimentaria, pero no como consecuencia de la imagen corporal, por ejemplo, en una paciente deprimida, que está triste, no tiene hambre, no como, está delgada. No es un trastorno de la conducta alimentaria”.
“La paciente que tiene este trastorno tiene mucho temor a todo lo que implica la ganancia de peso, y está muy preocupada por todo lo que tiene que ver con la imagen corporal. Los trastornos son conocidos como anorexia nerviosa, bulimia nerviosa, trastorno por atracones y un grupo que se denomina trastorno alimentario no especificado que cumple estos criterios, y no son ninguno de los tres anteriores”.
Consultados los profesionales en torno a si hay un momento de la vida en que estos trastornos de la conducta alimentaria están más presentes, o si pueden aparecer en cualquier momento, respondieron que “la edad más frecuente es entre 15 y 17 años, la mayoría son mujeres. Antes de los 13 años y después de los 20 años es raro que comience bulimia o anorexia. Antes de los 10 años es muy raro, y después de los 30 años es muy raro que empiece también. Son cuadros típicamente de la adolescencia y de inicio de la adolescencia”.
Sobre cómo los adultos se dan cuenta de estos cuadros, informaron en la rueda de prensa que “la clave sobre todo es la alimentación: las pacientes tienden a esquivar comidas, a saltarlas, a decir que comieron en otro lado. Además, excesiva actividad física, preocupadas por la imagen corporal se la pasan haciendo ejercicio, o terminan de comer y hacen ejercicio inmediatamente, o terminan de hacerlo y se van al baño porque producen el vómito autoprovocado. También hay dificultades en la interacción, una retracción social, se aleja de las amigas, comienza a estar más sola. Son indicadores que pueden indicar que estamos ante la presencia de este trastorno”.
La diferencia entre quien quiere solamente adelgazar, y este trastorno, está dada, primero “la definición de cuadro psiquiátrico, esto es fundamental para poder definirlo. Tiene que estar presente el sufrimiento, que altere la vida social, familiar u otro aspecto de la vida de ese sujeto. Una cosa es una chica que hace dieta, y otra cosa es quien persiste más allá de las consecuencias de salud, sociales, afectivas, familiares, etc”.
Revelaron que “existen muchas intervenciones tempranas que sirve para detectar de manera simple y atender tempranamente estos cuadros. Pueden ser la realización de talleres sobre imagen corporal, de autoestima. Hay que tratar de evitar bajo todo concepto mencionar los signos y la sintomatología, porque se trata de no darles ideas. Pretender prevenir explicando el cuadro es inducir, dar ideas; esto ya está probado”.
Alertaron que “tiene que estar atentos el ginecólogo –por las amenorreas- la nutricionista, el pediatra y otros profesionales de la salud. Se debe trabajar en equipo interdisciplinarios. El objetivo es que el paciente deje de volcar lo que está volcando en la imagen corporal, para que pueda liberar toda esta cuestión y pueda seguir. Siempre trabajamos con pautas a corto plazo, que vayan incorporando alimentos que suprimieron, y se trabaja mucho con registro alimentario”.