La mencionada bodega está ubicada en el Valle de Tupungato, en la Provincia de Mendoza, custodiada por el volcán del mismo nombre que ha dado lugar a suelos especiales, donde crecen muy buenas uvas y vinos espectaculares.
José Miguel cuenta que “ese es un proyecto familiar que tiene 10 años como bodega y tres generaciones en viñedos. Se está trabajando en toda esa zona con uvas finas, mucha variedad, potenciando la zona del Tupungato: el valle, las montañas, la altitud en su máxima expresión. Los resultados son muy buenos porque la zona da cosas excelentes, vinos de media y alta gama. Los resultados están viniendo de a poco pero muy bien”.
Indican que están comercializando en Argentina pero también en el exterior, “principalmente en Estados Unidos y Europa. Para eso hay que hacerlos conocer y tener buena calidad, con buena relación entre calidad y precio. El mundo está viendo que hay muy buena calidad”.
A su turno el sommelier, al hablar de los vinos de Tupun, indica que “son vinos frescos, vinos extremos. Jugamos con una paleta de diferentes altitudes, de metros sobre el nivel del mar. Tenemos diferentes microclimas y eso se expresa en cada una de las variedades que elaboramos. Diferentes alturas, diferentes resultados: distinta acidez en los vinos. En nuestro caso tenemos una excelente bonarda, de primer nivel, un producto de alta gama, que lo tenemos implantado en zona fría, cuando en nuestro país esta variedad fue pensada para zonas cálidas”.
Consultados sobre si cada vez más gente aprende a apreciar el arte que está contenido en los vinos, dijeron que “ese es en parte nuestro trabajo: tratar de hacer un trabajo prolijo y honesto, eso es lo que nos va a dar más seguidores para el mundo del vino. Y si a los que educamos les gustan nuestros productos seguramente vamos a ganar más adeptos a nuestros proyectos”.