Ambos están en el Hogar San Javier, en lo que fuera un seminario y donde se formaron cientos de sacerdotes de la Congregación Misioneros del Verbo Divino para Argentina y América Latina y que hoy se utiliza, entre otras cosas, como hogar para los sacerdotes que están jubilados o que por cuestiones de salud no pueden continuar cumpliendo sus funciones pastorales.
Al regreso, donde multiplicaron las emociones recibidas, las mujeres que realizaron este viaje para visitar a dos queridos sacerdotes que pasaron por los Pueblos Alemanes no dejaron de contar a sus familiares y conocidos todo lo que vivieron.
Algunas de estas anécdotas las desplegó en una nota para La Nueva Radio Suárez “Cuqui” Salas de Hirschfeld.
El Padre Luis las recibió con mucho asombro y continuas expresiones de alegría. Les contó, y lo vieron, que tiene sus rodillas mejoradas: ya no le duelen tanto como en los últimos meses de su función al frente de la Parroquia de Pueblo San José.
El Padre Carlos, quien tiene lapsus muy cortos de recuperación de la memoria, sigue igual a pesar de esto, en su extrema bondad y humildad.
Y con esfuerzo logra ponerle nombre a los rostros y menciona, recuperando algunos recuerdos, la gran obra que llevó adelante en Pueblo Santa Trinidad con la creación del Centro Comunitario Espíritu Santo.
Las visitantes compartieron el almuerzo con los Sacerdotes. Aunque habían llevado comida le cumplieron el pedido al Padre Luis, quien cuando las vio les preguntó ¿no me trajeron un choricito seco?
Se lo fueron a comprar y prepararon una buena picada que compartieron también con los otros casi 20 sacerdotes retirados que están en el mismo lugar.
El Padre Carlos, firme en lo que fue su elección de vida, lo que fue su vocación que cumplió con una inocultable felicidad y entrega a lo largo de toda su vida, entregó las mejores bendiciones y deseos de salud para las visitantes y también para la gente de los Pueblos Alemanes.
En la despedida, el Padre Luis dejó su bastón para poder agitar en alto los dos brazos, bien arriba, repetidamente, en agradecimiento por la visita recibida, mientras la combi que las había llevado emprendía el regreso a Coronel Suárez.