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Contando la Ciencia informa la visita de la reconocida científica argentina Dra. Andrea Goldin, especialista en NeuroEducación.
12 de septiembre a las 19:30 hs. en el Concejo Deliberante.

Andrea combina la investigación con la educación y la divulgación, convencida de que todos somos (o podemos ser) científicos. Es coordinadora y organizadora del campamento Expedición Ciencia, orientado a adolescentes con inquietudes científicas y sustentado por la Asociación Civil Argentina Expedición Ciencia.
Es autora de varios trabajos científicos, publicados en prestigiosas revistas internacionales. Además llevó a cabo diversas conferencias de divulgación científica, participó en el dictado de diversos talleres de capacitación y formación docente en ciencias, escribió capítulos para libros de Biología y de Física, desarrolló diversos recursos educativos para el sitio EducaRed y para la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales (FCEyN, UBA) y es autora de recursos educativos de ciencias naturales, recursos para trabajar en el aula, interactivos, multimedia y didácticos que acompañaron la programación de Canal Encuentro.
Las diferentes actividades que desarrollará la Doctora en nuestra ciudad le permitirá a los trabajadores, tanto de la educación como de la salud, conocer los fundamentos de la relación entre neurociencia y educación, los aspectos favorecedores del aprendizaje en el aula, reconocer la importancia de la vinculación afectiva para generar aprendizajes significativos, valorar la importancia del conocimiento del sistema nervioso para planificar las actividades educativas que estimulan y colaboran en el procesamiento de la información, como también las alternativas del uso de “tics” para el desarrollo de funciones ejecutivas en los primeros años de escolarización.
En la comunicación de los últimos estudios en Neurociencias el Dr. Diego Golombek (Doc. en Biología y divulgador científico) expresa: “Para todos los que periódicamente nos enfrentamos con una horda de maravillosas bestezuelas al otro lado de los pupitres, nos cuesta un poco ver más allá de los bostezos, los celulares semiescondidos, la mirada en la luna. Pero sí, hay algo más, mucho más: un grupo de fascinantes cerebros que pueden ser nuestros mejores aliados a la hora del aprendizaje. Efectivamente, somos un cerebro con patas, aunque muchas veces la escuela decida prescindir de tan noble órgano y dejarlo olvidado en la fila del saludo a la bandera o, más aún, recostado en la almohada en espera de un tiempo mejor.
De hecho, resulta sorprendente que algo tan obvio - el cerebro que aprende y enseña - haya tardado tanto en llegar a los laboratorios y, más aún, a las aulas. Un famoso artículo de los '90 (ayer nomás) decía que entre el estudio del cerebro y la educación había "un puente demasiado lejos" (¡qué película!), ya que los hallazgos de la neurociencia -conocer las charlas entre neuronas, o las áreas de la corteza que se activan al hacer la raíz cuadrada de 49, por ejemplo- no necesariamente ayudan al maestro de cuarto grado en su titánica tarea. Sin embargo, esta noción de puentes eternos está comenzando a ser desafiada, y tenemos algunos ejemplos muy cercanos para mostrar.
Allí están como modelo dos artículos muy recientes del grupo de neurociencia integrativa, con la participación estelar de Andrea Goldín y Mariano Sigman.
El primero de ellos, publicado nada menos que en Nature Neuroscience, ya se planta desde el título: Neurociencia y educación: es el momento de construir el puente. Allí, junto con colegas de Chile y Brasil, argumentan que, pese a que "el cemento del puente aún está fresco", hay diversos motivos para que el cerebro y el pizarrón vayan de la mano. En particular, apuntan a un cerebro bien alimentado y bien dormido, a los estudios de adquisición del lenguaje y la lectura (sobre todo en aquellos casos donde prima el bilingualismo) y a lo que sabemos sobre la percepción visual para que las palabras se vayan fijando en las cabecitas. Claro, esto implica poder hacer experimentos en el aula, y los autores nos arengan a ser prácticos y valientes, y predican con el ejemplo: ellos son también responsables de un interesante programa llamado Mate Marote, en el que evalúan cómo ciertas intervenciones pueden mejorar el aprendizaje.
El segundo artículo en cuestión, publicado en la revista de la Academia Nacional de Ciencias de los EE.UU., pone a prueba la hipótesis de que el entrenamiento cognitivo mejora el desempeño escolar. No es un tema fácil: se sabe, por ejemplo, que después de cientos de horas de sudokus o crucigramas uno será un experto sudokólogo o crucigramólogo, sin que necesariamente eso contagie el resto de nuestras capacidades, por lo que elegir las tareas y las evaluaciones adecuadas es crucial. Así, Andrea, Mariano y sus cómplices desarrollaron juegos de computadora (en estos tiempos, la letra con pantalla entra) para entrenar la memoria corta, el planeamiento y el control de las decisiones (o sea, algunas de las llamadas funciones ejecutivas) en un grupo de chicos de 6 años de bajos recursos, quienes realizaron breves sesiones de juegos en el aula durante 10 semanas (un grupo control realizó otros juegos, con menor demanda cognitiva).
¿Y qué pasó? Primero lo esperable, o casi: los chicos mejoraron su nivel de atención, entre otras funciones ejecutivas, además de que seguramente se convirtieron en campeones de los juegos de Mate Marote. Pero lo más espectacular en general es lo que sucedió con el desempeño en matemática y lengua. Se sabe -y aquí se confirmó- que a los chicos que van más al colegio les va mejor que a los que faltan mucho (en este caso, seguramente debido a diversas causas socioeconómicas). La intervención cognitiva mejoró particularmente el desempeño de los que faltaban más, poniéndolos al mismo nivel de los que su situación sí les permitía atender regularmente a clase. Es un comienzo, pero el puente comienza a tener sus cimientos.
Tal vez quien mejor resumió esta relación del cerebro con el aula fue el famoso alumno Palmiro Cavallasca (menores de 40 abstenerse) quien frecuentemente advertía a su maestra Jacinta ¡Me hirve la cabeza, señorita! Ojalá este encuentro de la neurociencia y la escuela haga que hirva cada vez más”.
La presencia de la reconocida especialista en nuestra localidad será uno de los “broches de oro” del excelente año de “Contando la Ciencia”.
La Dra. Goldin visitará nuestra ciudad el viernes 12 de septiembre y su conferencia denominada “Neurociencias y educación” destinada a todo público será en el Concejo Deliberante de Coronel Suárez a partir de las 19:30 hs. destinada a todo el público interesado.
Equipo de Contando la Ciencia - www.contandolaciencia.com.

 
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