Cada sábado concurren a regar las canchas, a realizar los partidos y a proyectar la manera de multiplicar este entusiasmo que sienten por un juego típico alemán, el que vieron jugar a sus abuelos.
“Realmente nuestro nombre está bien puesto, porque nos apasiona un montón este juego. Yo me integré a los tres meses que estaba Hipólito Stremel y Carlos Schmidt. Un día me fueron a ver y les dije que iba a ir más adelante, cuando estuviera más edad, y la verdad que al poco tiempo fui, me integré con ellos, con Los Entusiastas, y desde entonces no falto; es algo que lo hago sin quejarme porque me gusta mucho. No hay nada mejor que encontrarnos cada sábado, hacer unos partidos, mantener las canchas, tomar unos mates y encontrarnos con los amigos. Esto es algo a lo que jugaban nuestros abuelos, y qué mejor que sostenerlo, seguir esta tradición que nos enseñaron nuestros antepasados”.
Carlos Sieben contó que hace poco tiempo fueron al Jardín de Infantes de Santa Trinidad y estuvieron más de una hora en el patio de la institución enseñando a los más pequeños las reglas para jugar este juego que viene de la antigüedad y en el que se utilizan huesos de la pata de los caballos.
Ahora, este sábado a partir de las 13:30 horas, en el Anfiteatro de Santa trinidad, habrá un torneo de kosser organizado por este grupo de entusiastas de este juego.
La entrada y la inscripción es un alimento no perecedero, el que se destinará al Impenetrable Chaqueño, donde proyectan viajar en el mes de octubre.
Es que tienen una invitación de la localidad de Castelli, que está a las puertas del Impenetrable, donde hay una numerosa comunidad alemana, las más grande de las Asociaciones de Alemanes del Volga de la República Argentina.
Viajarán llevando las donaciones, varios juegos de huesos para los partidos de kosser, enseñarán las reglas de este juego para reverdecer la memoria de los de mediana edad y para transmitirla a los más jóvenes, entre otras actividades que ya se están preparando.
Cuentan que en Castelli ya están listas las canchas, resplandecientes, esperando a los suarenses.