El lunes se despidió del establecimiento de la que ha sido locomotora de su crecimiento a lo largo de todos estos años. Pero todos saben que seguirá concurriendo a la Escuela en la que estuvo por más de 30 años, 24 como Director, para asegurar que esta etapa de transición, hasta que se designe el próximo Director, se cumpla sin inconvenientes y para acompañar la labor del Vicedirector, de la Secretaria y de todo el personal a lo largo de este tiempo, mientras el sistema educativo pone en marcha los mecanismos para designar su reemplazo.
Si bien no quería que se le hiciera despedida alguna, pero de todas maneras se le tributó el lunes un cálido adiós.
Previamente había conversado con La Nueva Radio Suárez, donde recordó algunas vivencias y anécdotas.
“Hace un tiempo un ex alumno me dijo algo que me pareció importante. Él había vivido la transición entre la escuela vieja (la que estaba en la calle Mitre al 1543) y particularmente todo lo que se ha logrado hasta el día de la fecha. Me dijo en su momento qué extraordinario eran las cosas que habíamos hecho y su reflexión final fue que ojalá el país al cabo de 15 años hubiese mejorado o conseguido las cosas que logró la escuela. Eso me llegó mucho”.
Bajo su dirección se logró el nuevo edificio, se equipó el establecimiento con maquinarias y equipos a través del Plan Mejoras, se iniciaron y confirmaron como el viaje de egresados de los alumnos la tradicional cabalgata, se celebra el Día de la Tradición; lo que era una muestra áulica de la labor del año se transformó en la Expo Agropecuaria.
Y como si todo esto fuera poco se logró la calidad educativa según las normas ISO 9001, confirmando esto en nuevas certificaciones y recertificaciones en los últimos años.
Todo esto lo hizo acompañado por un sólido y comprometido grupo de docentes y de todo el personal del establecimiento, sobre los que ejerció un firme liderazgo.
“Hemos sido transgresores, seguramente, a algunas normas vigentes, sobre todo en las que hacen a la responsabilidad civil; pero hoy en día si nos ponemos a pensar sólo en eso, lo que podemos hacer es muy poco. Yo tengo algo aquí a mis espaldas (refiriéndose a un crucifijo) que tiene los brazos abiertos y al que siempre le dijo: ‘flaco, protégenos, que allá vamos’. Nunca nos ha fallado. Ese es el reaseguro que nosotros tenemos”.
Asegura sobre la escuela de la que se despide que “es parte de mi vida. Llevo en mis oídos la más maravillosa música que para mí son las palabras de la Escuela Agropecuaria”.