Cocieron cada uno de los paños, dibujaron el sol en el centro, le pegaron lentejuelas para hacerlo más brilloso, si cabe. Y la prepararon para ser desplegada por los vecinos, docentes, directivos, autoridades, vecinos y llevada por el perímetro de la plaza central de la localidad rural.
Fue un símbolo de unión entre las tres instituciones educativas de Pasman y entre esas escuelas y su pueblo.
Los niños del Jardín estaban con corazones pintados de celeste y blanco en sus pechos y muchos de ellos portando los globos que luego adornarían algunos de los árboles de la plaza.
Fue un acto simbólico y muy cálido para coronar una celebración patria muy especial.