Hace 22 años que Oscar “Tito” Cimarosti y su familia comenzaron a plasmar en un espacio de varias hectáreas el sueño de tener una granja.
Cuando adquirieron el lugar estaba absolutamente pelado, carente de cualquier tipo de árbol. Multiplicando retoños, como había formado la familia, Tito y Mabel fueron obteniendo las especies necesarias que forestar la chacra.
Cada día iba desde la casa del centro hacia la chacra en su vieja Ford 100 para hacer los pozos, plantar los árboles, cuidarlo de las hormigas, regarlos. Luego instalaron una casilla de campo, con refugio y abrigo, mientras iban construyendo una primera edificación que funcionó al principio como galpón, pero sabiendo que luego iba a ser el nuevo hogar familiar.
Hace alrededor de 10 años que se trasladaron para vivir en la chacra, luego de haber pasado allí los fines de semana y las vacaciones de invierno y de verano.
Todo está construido palmo a palmo, ladrillo a ladrillo, por toda la familia. Cada árbol, arbusto, flores, animales son cuidados por Mabel y Tito, con la ayuda de sus hijos.
Pronto surgió la idea de agregar una actividad adicional, la de abrir las tranqueras del establecimiento, que está ubicado en la zona periurbana de Coronel Suárez, como granja educativa y establecer un restaurante con menú familiar para quienes quisieran contratar los servicios exclusivos en número mínimo de 6 personas y con un máximo de 30, 35 personas.
Muchos amigos, familias, grupos empresarios, compañeros de trabajo, instituciones, han disfrutado de esta particular propuesta gastronómica.
El restaurante se abre para grupos cerrados, se les ofrece un menú de pastas a elección y de carnes, con una mesa de fiambres espectacular, que tiene muchos productos caseros, una bodega bien completa, que está abajo mismo del lugar donde se come y donde se invita a bajar a alguno de los comensales para elegir el vino que van a beber.
La recepción es con tragos especialmente preparados. Un poco de historia, general y familiar… y el milagro se produce: los comensales sienten que están en familia, se sienten como en su casa, disfrutando de un menú elaborado con mucha dedicación.
El Gringo Viejo, muy buena atención, excelente comida, tradicional menú, para que quienes concurran se sientan como en su casa.