Desde hace unos días es observable el armado de una estructura de andamios en el frente del edificio comunal que llega hasta la parte más alta del histórico Palacio Municipal de Coronel Suárez.
Se trata de un proyecto de restauración que se está iniciando, el que está a cargo de Carlos Zila y sus hijos, que guardan en su historial el haber tenido la responsabilidad de restaurar varios lugares muy importantes, como la Catedral de La Plata, el Congreso de la Nación, el Cristo de Tandil, entre otros.
Consultado Leandro Graff, el Secretario de Obras Públicas de la Comuna suarense, explicó que “estamos tratando de incorporar una política de recuperación de todos los edificios que tengan un valor histórico. En primera medida vamos a arrancar por casa, por la Municipalidad, y para el año que viene proyectamos hacer lo propio con el Mástil Patrio y con el Cristo de la rotonda. El Palacio necesitaba una renovación importante, porque se estaba viniendo abajo, ya tiene fisuras importantes”.
Indicó que se trata de una obra de alrededor de un año de duración y con una inversión de alrededor de 2 millones y medio de pesos.
A su turno, el restaurador Carlos Zila se califica como una persona “demasiado joven” a pesar de sus 80 años, esto ampliamente justificado en su vitalidad.
Cuenta con 70 años de experiencia, ya que empezó con su padre, cuando éste, entre otras cosas, construía la Ciudad de los Niños, bajo la inspiración y el empuje de Eva Duarte de Perón.
Dice que “es incalculable el valor que tiene el edificio municipal. Es lamentable que no se haya seguido la línea que se sigue en Europa, que es que cada 50 años se restauran los edificios, o por lo menos revisarlo”.
Carlos Zila y su hijo Guillermo cuentan que “hay piezas muy valiosas que se están por desprender, como por ejemplo el mascaron de la parte superior. Está todo suelto, no sabemos cómo vamos a entrar a trabajar para que no se nos venga encima a nosotros”.
Agregan además que “en la parte superior del edificio hay bajos y sobre relieve, hay unas efigies, las que están totalmente fragmentadas. Hay que consolidar todo y empezar de ahí a trabajar en la reparación por parte en cada una de las piezas. En las esculturas hay que consolidarlas al bloque y de ahí hay que empezar a hacer un trabajo de arqueología: sacar las partes que ya están fracturadas y rearmar las partes que faltan con materiales especiales. Falta una mano en una de las figuras y hemos estado buscando las fotos históricas, para ver la posición que había tenido cuando se perdió”.
El trabajo, anticipan, será “lento y minucioso”, pero permitirá que el edificio recupere todo el esplendor que tenía cuando se inauguró, en el año 1912.