Hace muchos años que Marta Barrionuevo colabora con la Asociación Guías de Argentina de Bahía Blanca, que realiza acciones solidarias en el Impenetrable Chaqueño, preferentemente en las comunidades wichis que habitan en aquel lugar. Y desde hace 3 años que integra la delegación de personas que viajan hasta allí para llevar los donativos que van reuniendo a lo largo del año por la generosidad de muchas personas en Bahía Blanca, Coronel Suárez y otras ciudades cercanas, y también para concretar diferentes obras y mejoras para las escuelas y las poblaciones de aquel lugar.
Hace alrededor de una semana que Marta regresó del viaje de este año y, consultada, explica que “fue muy difícil el viaje de este año, muy duro, pero igual pudimos cumplir todos los objetivos que nos habíamos planteado”.
La dureza de la travesía radicó en que el Impenetrable Chaqueño confirmó más que nunca la condición de tal: la selva estaba más frondosa que nunca, producto de las lluvias que se habían registrado de unos meses a esta parte, y los caminos estaban más intransitables que nunca. Para hacer un recorrido de 180 kms. demoraron entre 7 y 8 horas.
“Lluvia continuamente, casi no podíamos ingresar, se nos atrasaban los días, uno de los camiones que nos tenía que buscar no lo hizo; parecía todo trabado. Pero pudimos cumplir, realizando las 6 perforaciones que nos habíamos propuesto para que las comunidades puedan proveerse de agua. Pudimos arreglar dos; una era de un pozo de hace 22 años que estaba hecho y que nadie se había interesado en arreglar una pequeña falla que tenía un motorcito. También nos arregló otra de las bombas, en el cual la Presidenta había inaugurado hace 2 años un sistema de ósmosis inversa pero no les habían puesto una llave que era clave para que pudieran extraer el agua; ahí lo que hicieron fue desarmar una bomba y volver a armarla tal como tenía que ser”.
Informó que “de los otros 6 pozos que hicimos trajimos el agua para analizar, lo que hace el CONICET. Lamentablemente hay uno en el que el nivel de arsénico es muy alto, por lo que se va a tener que cerrar. Para el funcionamiento de los otros pozos, para que las bombas puedan trabajar, vamos a tener que proveer de sistemas de pantalla solar, lo que será nuestro próximo objetivo”.
En toda esa zona del Impenetrable Chaqueño las comunidades se proveen de agua a través de la lluvia que se junta en lo que ellos llaman pozas, que es, en definitiva, agua barrosa, que filtran de manera manual para poder consumir.
Marta Barrionuevo informó que hubo otros trabajos que se hicieron, como por ejemplo terminar la cocina en una de las escuelas, que habían comenzado a construir el año pasado, para que el maestro del lugar no tenga que cocinar más a la intemperie, como sucedía hasta ahora.
Es la otra Argentina, la que no siempre se muestra y que no deja de ser, también, parte de la realidad.