La Congregación Evangélica Luterana San Pablo, que tiene sede en la calle Ameghino de Coronel Suárez, está cumpliendo este año 100 años de su fundación. La misma se produjo el 26 de agosto del año 1914.
A lo largo de todo el año se producirán diferentes actividades, como por caso un café con tortas para el día domingo 8 de junio, que pretende reunir no solamente a los miembros de esta comunidad religiosa sino también a todas las personas que se quieran acercar, que quieran conocer y tomar contacto con esta religión o con quienes forman parte de la misma.
Por otra parte, para el día 24 de agosto está previsto un oficio religioso con la presencia de representantes nacionales de la comunidad Evangélica Luterana y posteriormente un almuerzo en el Club de Pesca, según se informó.
El Pastor Arnildo Ikert expresó que “según nuestro registro en el año 1914 se comenzó a trabajar como congregación en este lugar. Se reunieron algunos hermanos, en principio en casas de familia y luego fueron organizando todo el tema de la sede. Primero se construyó un templo chiquitito, en lo que ahora es la parte de atrás del edificio actual, el que se levantó hacia el año 1960”.
En estos momentos el templo está recibiendo algunas refacciones y arreglos, “para dejarlo mejor en este aniversario que estamos viviendo”, dijo el Pastor Iker, informando además que están programándose otras actividades, además de las ya comentadas, a desarrollar a lo largo de este año 2014.
Mientras tanto el grupo de jóvenes está pintando algunos paredones con mensajes extraídos del Evangelio según San Juan.
Este centenario se vive con el lema “Anunciando a Cristo” y al respecto el Pastor Ikert dice que “no conocemos a ninguno de los que comenzaron, pero por alguna razón comenzaron anunciando a Cristo. Algunas personas de la Congregación tienen a sus abuelos, bisabuelos, que estuvieron en aquellos tiempos. Se siente gratitud por todo lo que hicieron. También la responsabilidad de seguir trabajando porque nos corresponde seguir su ejemplo y por sobre todo gratitud a Dios, porque durante todo este tiempo la Iglesia pudo seguir trabajando a pesar de dificultades. El Pastor Truenov, que ahora está jubilado, nos recuerda que en los años 60 fue una época de crisis y en medio de esa crisis se pudo construir ese templo. Hoy estamos trabajando otra gente, con el mismo esfuerzo. Hay que seguir anunciando a Cristo, que es nuestro salvador; y eso lo hacemos con los niños, con los jóvenes, con las mujeres y hombres. Ese es nuestro deber, seguir anunciado a Cristo”.