Los primeros en brindar testimonio después de la víctima Sonia Molina, fueron los efectivos de la Sub DDI de Coronel Suárez, quienes tuvieron a su cargo la vigilancia de Heit, la posterior notificación del allanamiento dispuesto por la Justicia y la ejecución de esa medida.
El subcomisario local, Ricardo Franssen, fue contundente al afirmar que “al ingresar a la vivienda sintió un fuertísimo olor a lavandina”.
Intentaron limpiar la escena?, es una pregunta que muchos se hicieron. Contó que los pisos aún estaban húmedos, dando a entender que recién se habían lavado y para ese momento eran casi las 18.30 del lunes 12 de noviembre.
También declaró Maximiliano Ovando, el primer policía que tomó contacto con Molina aquella mañana y, después de informar a sus superiores de lo que había visto, lo destinaron a observar los movimientos de Heit. “La noté nerviosa”, recordó ante los jueces.
Otro de las personas que pasó por el Tribunal l lunes fue Eugenio Alberdi, un empleado de la zona.
El joven expresó que “cuando llegó a la casa de Heit sintió mucho olor a lavandina, vio un colchón que tenía un terrible olor a pis, muchos papeles con el nombre de Sonia Molina en una bolsa de residuos (podían haber sido recibos o facturas de compras, manifestó no saber de qué eran) y dijo que había comida para perros en una olla que estaba en la habitación”.