Por otra parte, aseguró ayer que durante su cautiverio en la casa de la periodista y su marido, el pastor Jesús Olivera, en Coronel Suárez, la quemaron en una mano y que Olivera le pegaba y su mujer presenciaba los castigos "pero no hacía nada".
"Me habían quemado en la mano. Me pegaba Olivera. Heit me pegó una sola vez, presenciaba los castigos y no decía nada. Hacían como que yo era una loca y que estaba como endemoniada, que me golpeaba sola. Supuestamente me golpeaban para sacarme al demonio".
Molina recordó durante la audiencia cuando conoció a Olivera en 2009. "(Olivera) se había presentado como pastor en la casa de mi hermana en Río Colorado", dijo. Y agregó que en poco tiempo la convenció para que le entregue dinero para crear una congregación, que primero lo hizo personalmente y "últimamente" a través de una empresa de correo postal "a nombre de Heit".
"Cobré 22 mil pesos en cheques y los entregué en forma personal a Olivera, para que sea destinado a lo que iba a ser la congregación", explicó.
A poco de ingresar a los tribunales bahienses, Molina hizo declaraciones y expresó: "Lo menos que puedo esperar es una condena contra estas personas". Y añadió que, a su criterio, Heit y Olivera comparten "la misma responsabilidad" en cuanto a lo que le hicieron a ella.
"Quiero que esto empiece y termine y que se haga Justicia", concluyó.