Es un profesional argentino, del área de la educación pero también de la salud. Cuenta además con títulos de posgrado y experiencias realizadas fuera de Argentina, en lugares como España y Estados Unidos. Ha escrito libros de la especialidad. Tiene un lenguaje llano, directo, práctico, fácilmente entendible por padres, educadores y profesionales de diferentes áreas.
En conferencia de prensa, indicó que su tesis de doctorado en la Universidad Autónoma de Madrid fue sobre Síndrome de Asperger, o en lo que hoy se llama en el DSM5 en los nuevos manuales internacionales de trastornos de espectro autista de nivel 1.
“Ahí es donde se encuentran las gamas más altas en relación con habilidades cognitivas, con inteligencia lógico matemática; pero siempre vamos a encontrar dificultades en lo que llamamos inteligencia emocional, social. Esta capacidad de empatía, que nos sirve para la comunicación social, la interacción, de darnos cuenta lo que siente el otro, lo que le pasa. Es muy frecuente que los primeros reclamos de la escuela son, para dar un ejemplo práctico: ´Facundo le dijo a la maestra que la clase es aburrida´. A veces lo toman como que es mal educado, impertinente. En realidad lo que hay que trabajar con ese niño, que la gente puede tomar a mal lo que dice, pero probablemente haya tenido razón en que la clase es aburrida. Uno no dice todo el tiempo lo que piensa porque trata de no herir a los demás, no afectarlos”.
El Dr. Daniel Valdez habló de la importancia de trabajar en el contexto escolar “con un tema clave: todos somos distintos, todos somos diferentes. Haya chicos con o sin diagnósticos en las aulas, va a haber particularidades, va a haber chicos más rápidos, más lentos, con más facilidad, con menos. La idea es justamente el trabajo con la heterogeneidad y para eso es clave trabajar con los maestros. Estamos teniendo experiencias en distintas partes del país donde los maestros realmente están aceptando muy bien el tema de la inclusión, pero siempre que se les brinde ayuda. Porque lo que ocurre muchas veces es que se sienten solos, que se angustian, no saben cómo hacerlo. En este tema, como en muchos otros, uno de los enemigos más importantes es la ignorancia, que hace que muchas veces se realicen prácticas de exclusión, que se separe al otro, que se lo discrimine. Cuando se empieza a conocer el tema esto cambia mucho y tenemos experiencias muy interesantes en esa dirección en todo el país”.
Indicó, en este sentido, que “creo que tenemos que ser con nosotros mismo muy sinceros, y no es solamente que falte enseñanza en la formación docente; yo como psicólogo, en mi universidad, jamás vi el tema discapacidad. Hemos hecho hace poco una primera conferencia latinoamericana con Chile, Brasil y Argentina –profesionales y padres- y uno de los puntos que tocamos es las dificultades que hay en los programas de grado para trabajar el tema de autismo. Es muy importante que estos temas estén desde la formación de grado, porque si no se conoce es muy difícil luego trabajar sobre prácticas inclusivas”.
Informó que acaba de hacer con FLACSO (Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales) y con la Universidad Autónoma de Madrid una investigación sobre maestros integradores: “los maestros integradores son uno de los dispositivos de apoyo a la inclusión; tenemos experiencias exitosas para el alumno, para el docente y para efectivizar la inclusión. Encontramos que incluso tomando 240 maestros integradores de Provincia de Buenos Aires, ciudad de Buenos Aires y Patagonia, la gran mayoría está en el primer ciclo de la escuela, en el segundo y en el tercer ciclo y en la secundaria, prácticamente desaparece la incidencia. ¿Qué significa esto? Que tenemos que continuar con las prácticas de inclusión”.