El curso mencionado, y del cual se entregaron los certificados de asistencia, contó con la presencia de diferentes profesionales de la salud como capacitadores para las alumnas concurrentes.
Consultada sobre las condiciones que deben reunir los que son cuidadores domiciliarios, debido a la tarea comprometida que cumplen, atendiendo a adultos mayores, enfermos crónicos de diferentes patologías o personas discapacitadas, Daniela Walter dijo que “la persona tiene que tener una cierta empatía a este tipo de trabajo, que es una tarea especial. Los cuidadores domiciliarios son una especie de auxiliares de salud”.
Explicó que “su función principal es acompañar a la persona que está enferma o que está en su período de envejecimiento, lo que es una etapa normal para los seres humanos, pero que en algunos casos requiere de mayor acompañamiento”.
La coordinadora explicó que “en ese acompañamiento una de las funciones más importantes del cuidador domiciliario es atenderlo y ayudarlo, brindándole herramientas para que él mismo pueda desenvolverse en su vida cotidiana: en lo que tiene que ver con alimentación, vestimenta, aseo personal y todo lo relacionado con los cuidados de la vida diaria. Hay áreas en las que no tiene que intervenir, sino detectar las problemáticas y dificultades y obrar como intermediario entre esa persona que cuida y la familia o el médico que corresponda, según la patología que se presente”.