Consultada la Hermana Liliana Moyano, Directora del Hogar La Providencia e integrante de la comunidad religiosa Obreras Catequistas de Jesús Sacramentado, sobre la significación de la Semana Santa dijo que “encontrándonos en el Triduo Pascual, Jueves, Viernes y Sábado Santo, uno se centra en la Pasión de Jesús, con este llamado que nos llega desde el Evangelio y que nos vuelve a recalcar el Papa Francisco de que descubramos el rostro concreto de Jesús en el hermano”.
La religiosa comentó luego que “en esta semana en la que recordamos a Jesús que sufre es importante alzar los ojos y descubrir al hermano que sufre; a Cristo que sufre en el hermano: al que está enfermo, al que sufre hambre, al que sufre soledad, al que está marginado por algo. Hay que tomar la cruz de Jesús en el hermano que tengo al lado. Y para poder hacerlo, porque a veces son cruces difíciles, hay que participar en las distintas celebraciones en la parroquia y en las capillas, que eso nos va a animar y nos va a fortalecer para el encuentro concreto de cada día en el Cristo sufriente”.
Luego de relatar el significado de cada uno de los días Jueves, Viernes y Sábado, analizó la frase de Jesús poco antes de morir en la cruz, cuando dijo “Dios Mío, ¿por qué me has abandonado?”, indicando la Hermana Liliana que “Jesús es Dios y hombre, es Dios encarnado y el dolor lo sufrió realmente, la angustia y el abandono. Él dio el paso, el mismo que nos invita a dar a nosotros en momentos supremos de dolor. Pregunta a su padre ¿por qué me has abandonado?, pero dice también ‘que se haga tu voluntad’, apelando a la fe. Como le pasó a Jesús en la cruz no veía a Dios, pero confiaba en su presencia, en su auxilio. Este paso de Jesús crucificado llevado a la vida concreta, nos enseña el paso de la fe”.
Recordó que el sábado “es un día de silencio; nos centramos en la presencia de nuestra madre, la Virgen, ella está con este dolor de su hijo, esperando que la acompañemos y que aprendamos de su fidelidad y su entereza al pie de la cruz. Ella nos enseña a esperar contra toda esperanza. Ella es nuestra maestra”.
Sobre el Domingo de Resurrección la Hermana Liliana expresó que “siempre las fiestas se celebran en familia y esta fiesta de la vida por excelencia, de la vida nueva que nos regala Cristo, es una fiesta de familia. Es importante que vayamos a celebrarla con Jesús en una de las tantas misas que gracias a Dios tenemos en Suárez y en los Pueblos Alemanes y luego reunirnos en familia con los niños. Enseñarles que el huevo de Pascua es un signo de vida y que realmente le demos el verdadero sentido; que no nos quedemos en el trozo de chocolate. Que aprendamos todos que esta nueva vida nos la regala Cristo todos los días”.
Como mensaje final, la Hermana Liliana indicó que “renovemos nuestra fe. Dios está vivo, presente, camina en medio nuestro. Jesús se adelanta a nosotros siempre, cuando tenemos miedo a algo nuevo, a algo que tenemos que emprender, tengamos la certeza que Dios ya está ahí. Él está y nos espera en cada nuevo desafío. Seguir viviendo con esta esperanza, esta certeza del Dios vivo en medio nuestro”.