“En la adolescencia hay tres etapas, entre los 10 años y los 18. La primera de ellas, que va hasta los 13 ó 14 años es la que registra más cambios físicos. Es la etapa llamada pubertad, cuando aparecen los cambios físicos a nivel sexual y todo lo que tiene que ver con el crecimiento”, dijo ante la consulta la médica pediatra, especialista en adolescentes, Andrea Saccomano.
Agregó que “controlamos si los cambios físicos aparecen en tiempo y forma, si no se adelantan, retrasan, o aceleran. Por eso es importante la consulta, en esta etapa cada seis meses. Controlamos si pegan el estirón cuando deben hacerlo, si cuando esto sucede el peso acompaña a ese crecimiento o están muy flacos”.
Sobre los controles en la columna, indicó que son muy importantes, “hay que controlar si se produce escoliosis, que es una patología que tiene que ver con la desviación de la columna y se da sobre todo más en las mujeres”.
Sobre otras cosas a tomar en cuenta, en el crecimiento de los adolescentes, dijo que en la adolescencia media, “es cuando se produce la etapa de rebeldía con los padres, entonces las consultas muchas veces vienen por ese lado: que están rebeldes, contestones, que pegan portazos, etc. Son conductas habituales de la conformación de su personalidad y búsqueda de identidad”.
En cuanto a la adolescencia tardía, desde los 17 años en adelante, dijo la Dra. Saccomanno que “hacemos más hincapié en lo que son los comportamientos de riesgo, por eso hablamos a veces en presencia de los papás y a veces no –depende de cómo se de la situación- en torno a si han tenido relaciones o no, de cómo se deben cuidar, en torno a si salen, si toman alcohol, si consumen o no alguna otra sustancia. Muchas veces los adolescentes no hablan sobre esto, por lo que si uno no se mete o no pregunta no surge”.
Recomendó la profesional a los padres hablar mucho con los chicos, desde temprano, desde que son pequeños, interesarse por sus cosas, por cómo se sienten, lo que piensan, lo que les resulta de interés y lo que les preocupa. Esto es, fortalecer tempranamente un vínculo de confianza, que en esta etapa, la adolescencia, será fundamental para resolver los conflictos que se le presenten.