Huanguelén despide a uno de sus hombres mas notables, un trabajador incansable del quehacer cultural lugareño, tras haber extendido su insuperable vocación a nuestra ciudad, después de haber ejercido la Presidencia del Instituto Cultural de la Municipalidad de Coronel Suárez y cooperar con todo lo que significara el despliegue de la cultura a través de distintos ámbitos, ya que su labor se centralizaba en el teatro, las artes plásticas, recuperación arquitectónica de edificios públicos. Un gestor permanente de actividades para que se lucieran en su pueblo.
Julio Losada Marcos tenía una personalidad avasallante, con profundas convicciones de vida y todo lo que se relacionara al arte, ya que era minucioso, detallista, creativo ciento por ciento y exigente para después apreciar en gran relieve el resultado de su trabajo artístico, siempre admirable y cautivante.
Así fueron sus originales escenografías para veladas de gala en Huanguelén y en nuestra ciudad, las coreografías y montaje escénico que dirigía para que el Balet Municipal de Huanguelén se luciera en cada una de las sucesivas presentaciones que con gran éxito el público pudo apreciar.
Un talentoso, en todo el sentido de la palabra, un agradecido a la vida, a pesar de las dificultades que tuvo que superar.
Julio Losada supo cosechar amistades en el mundo de la cultura y prueba de ello fueron las presentaciones de Opus 4, en Coronel Suárez y Huanguelén, Marián Farias Gómez, Sandra Mihanovich, Julia Zenko, solo por citar algunos ejemplos, ya que también sus gestiones siempre se orientaban al mas alto nivel de la cultura de la provincia y el país.
Su obra fue el Centro Cultural de Huanguelén con su emblemática casona, la recuperación del Teatro Ideal, convertido hoy en el Teatro Municipal de Huanguelén, con un trabajo de restauración en el cual mucho tuvieron que ver sus manos, su capacidad de acción y de organización, ya que para ello contaba con un eficiente grupo de colaboradores, que seguramente serán sus fieles discípulos y continuadores de una acción sin igual.
En el 2012 fue el conductor fundamental para el inolvidable programa del centenario, y en la oportunidad ofreció una extensa nota con el equipo periodístico de La Nueva Radio Suárez, con quién tenía un trato preferencial, que nos permitió conservar las siguientes definiciones:
Desde su regreso a la localidad, hacia la década del 90, tras las persecuciones políticas de la dictadura militar ha revolucionado Huanguelén desde el aspecto cultural.
Es interesante conocer su historia. Es nieto de una de las familias fundadoras de Huanguelén, originada en el constructor Marcos, quien dejó su sello en varias estancias de la familia Gahan y de otras de la zona que rodean el sector urbano de la localidad.
En esos primeros años, cuando todavía no había ferrocarril, todos los materiales de construcción los traían hasta Otoño en tren y desde allí en carros tirados por caballos hasta el sector que estaba planificado como urbano y donde estaban levantándose las primeras casas.
Es decir, proviene de una familia de pioneros para el pueblo.
Cuando joven, en momentos en que estaba en La Plata dirigiendo teatro, resuelven poner en escena una obra que era un homenaje a Edgar Allan Poe, escritor, de tendencia política comunista. Para ello le pidieron permiso al Gobernador Militar de la Provincia, Saint Jean. De las tres presentaciones que estaban previstas solo pudo realizarse una: la obra fue levantada, varios de sus actores desaparecidos y Julio Losada alcanzó a tomar un barco con un pequeño bolso y el beso de su madre en la mejilla, para no volver por muchos años.
Recuerda que estando en aguas continentales un telegrama de su hermana María Elena le avisa “mejor no vuelvas”: las cosas se habían complicado y mucho, debido a que habían revisado palmo a palmo la casa de su madre en Huanguelén, buscándolo a él y también cualquier elemento que pudiera incriminarlo como subversivo.
En Europa tuvo una destacada actuación artística y completó una formación que ahora, de regreso en Huanguelén, volcó en cada una de sus intervenciones.
Sus Noches de Gala para cada aniversario de Huanguelén recibieron el aplauso satisfecho de los vecinos que valoran todo su esfuerzo, su aporte y sus creaciones artísticas, que permiten levantar vuelo al espíritu.
En el monumento que surgió de sus manos y su mentalidad creadora, que está ahora en la Plaza de la localidad, una de las piedras guarda un nombre que es un agradecimiento: a Domingo Nicolás Moccero, que lo protegió en la partida para que pudiera irse a tiempo del país, lo que implicó ni más ni menos que salvarle la vida.
En aquella entrevista, para el centenario, nos dejó una frase casi premonitoria: “este es mi lugar en el mundo, hasta que Dios diga” y se sumó, como todos en el pueblo, a los sueños de autonomía.