Fue un secreto bien guardado hasta el mediodía del domingo pasado cuando el popular “Piquio” fue convocado al salón de Ranchos Eventos donde lo aguardaba sus familiares, su esposa “Chichi”, su hija Elizabeth Graciela, sus tres nietos, incluido Maxi Pin recién llegado de Europa donde se encuentra radicado ejerciendo una carrera apasionante, su hermoso bisnieto hijo de Natalí, y Agostina, radicada en Buenos Aires junto a allegados e invitados especiales.
La fiesta fue sorpresa a pesar de la negativa de “Piquio” de ser agasajado después de su comentado cumpleaños el pasado jueves 23 de Enero, sobre todo por lo que dijo en la entrevista con La Nueva Radio Suárez, que registró mas repercusión que el precio del dólar.
Se emocionó, no podía creer la organización secreta que se había montado para conmoverlo en estos 80 años que acaba de conmemorar.
Hemos visto a varias caras conocidas de la ciudad, muchos de los cuales forman parte del círculo intimo del hombre del tiempo, que recibió reiteradas muestras de afecto, cariño y respeto por su larga y “laboriosa” vida de un hombre público, que como el mismo expresó “estoy cada día peor, a esta altura de la vida, no me callo nada”.
Cuando Piquio ingresó al salón fue recibido con el feliz cumpleaños y un grupo de invitados, todos los cuales resultan seguramente para el agasajado de vital importancia porque tienen que ver con su vida y sus cosas.
El orgullo personal, sus nietos, han recibido seguramente en su formación, los principios fundamentales de un código de honor, que quedara seguramente como el principal legado.
A pesar de su resistencia, se merecía un festejo así.