Es la hija de Juan Hippener, que desde que se fue a vivir a Alemania, hace 8 años atrás, regresa cada verano para reencontrarse con su familia, pasar parte de la temporada escapando del frío europeo y disfrutando a pleno de los reencuentros, las visitas, el paisaje y los lugares conocidos que poblaron su infancia y adolescencia.
Tiene 35 años y dos hijos, Sol de 6 años y Máximo de 2 años y medio. Acompañada de Pietro, su marido de origen italiano, se tomó un ratito para conversar con La Nueva Radio Suárez antes de partir para el campo con Juan, donde tenían previsto comer un asado.
Dice que “una vez el año venimos de paseo, pero esta será la última ocasión en que vamos a venir en enero, porque Sol empieza la escuela y en Alemania los chicos no pueden faltar sino es por causa médica debidamente justificada”.
Cuenta a este respecto que son tantos y tan estrictos los controles que no podrían salir por el aeropuerto con un niño en edad escolar si es temporada de clases.
Indica que viven en Munich y que los chicos crecen adquiriendo naturalmente el sentido de la responsabilidad, el cuidado del medio ambiente y el respeto por los horarios, entre otras cosas.
Es que toda la sociedad tiene incorporado estos conceptos y los transmite a las nuevas generaciones. Hay como una especie de “multa social”, donde no es sólo el Estado el que controla, sino el vecino que también ejerce un rol de policía, controlándose unos a otros, además en la separación correcta de los residuos que se hacen desde los domicilios, en no arrojar basura a la vía pública, en no faltar a la escuela sin razón, para dar algunos ejemplos.
“Da mucha vergüenza que el vecino saque una botella de plástico que has puesto mezclada con los residuos biodegradables y la deje arriba del todo, como recordándote que hubo un error”, cuenta Verónica.
Dice que las noticias que en Alemania se tienen desde Argentina, hasta la designación del nuevo Papa, siempre estaban asociadas a la corrupción. Cuando se designó a Bergoglio Obispo de Roma y por ende Papa de la Iglesia Católica recibió felicitaciones y saludos cuando recordaban que su procedencia es Argentina.
Siempre informada a través de la web de las noticias de los Pueblos Alemanes, Verónica no pierde oportunidad de contar que aquí hay tres localidades que siguen al pie de la letra las tradiciones y costumbres alemanas, lo que llena de asombro y admiración a quien la escucha. Y dice, cuando ve a la gente mayor de aquel país caminar por las calles de la ciudad, que la hacen acordar a sus propios abuelos y a las personas mayores de las tres Colonias, porque son muy parecidos, en realidad, se ven igual.
Se emocionó al principio de la nota, costó empezar con la entrevista porque enseguida saltaban las lágrimas o la emoción atenazaba la garganta estrangulando la voz.
Al final de la entrevista se da cuenta que esto fue porque está cayendo en la cuenta que por muchos años este será el último verano que pasará en Coronel Suárez, por la escolaridad que comienzan sus hijos. También es que en estos días ha estado hablando con amigas suarenses, descendientes de alemanes, sobre la discriminación de la que eran objeto cuando niños, justamente por ser alemanes, y que hoy, transcurridos los años, reconocen como un acervo cultural propio que es parte indisoluble de su historia familiar.