Desde mucho antes de las 20:30 horas las familias fueron completando la cancha auxiliar del Club Independiente, que había sido cedida a estos efectos y donde siempre se lleva a cabo este festejo de Reyes.
Luego, cuando la noche se hizo bien visible y la impaciencia creció, comenzó la representación del nacimiento del Niño Dios a cargo de jóvenes de San José, que cada año colaboran con esta realización.
La llegada de los tres Reyes Magos, que primero manifestaron sus respetos y dejaron sus regalos al pie del Pesebre, despertó ansiedades en chicos y grandes, que rápidamente comenzaron a hacer las colas a las que invitaban los organizadores para que cada uno pudiera recibir su regalo.
Hubo muchas sonrisas –y también algunas lágrimas, sobre todo en los más pequeños que se asustaban frente a lo desconocido- y por supuesto alegría posterior al abrir los regalos.
La actividad concluyó con fuegos artificiales que colorearon de manera particular el cielo sobre Pueblo San José, cerrando una vez más una extraordinaria propuesta que como cada año volvió a llevar a cabo una Comisión dispuesta a que esta fiesta continúe, para cada nueva generación de niños de la segunda Colonia Alemana.