Es que no es posible escapar a los recuerdos de la niñez, a las propias vivencias, que se renuevan, fortalecen y se vuelven más ricas en emociones con lo que cada adulto prepara para los niños que quiere y que forman parte de su familia.
Por eso los chicos aguardaron con alegría y ansiedad que cada Rey Mago les entregara su regalo, mientras en muchos padres, abuelos y tíos afloraban las emociones al ver reflejado en la sonrisa de cada niño la emoción por el acontecimiento.
La Comisión Parroquial de la Iglesia Santísima Trinidad presentó una impecable representación del nacimiento de Jesús, motivo central para la presencia de los Reyes Magos, que así como en su momento entregaron incienso y mirra al Niño Dios, en la noche del domingo se ocuparon de entregar juguetes a los niños de la primera Colonia Alemana.
Fue una fiesta que ratificó los frutos del buen trabajo de la Comisión de Festejos, apoyada por toda la comunidad de Santa Trinidad que cada año aporta lo suyo para hacer posible este acontecimiento.
Las felicitaciones a los organizadores, quienes esta mañana recorrerán algunos lugares de la ciudad para seguir entregando juguetes a los más pequeños.