Un camión tanque, lleno de agua, aguarda al costado de la pista de tierra que tiene ese Aero Club. En forma continua aterrizan y vuelven a despegar los aviones hidrantes que con lugar para una sola persona –el piloto- se ocupan de vaciar sus tanques de agua sobre los focos de fuego. Los aviones aterrizan, llenas sus tanques de agua, y levantan vuelo en un operativo que dura unos breves minutos. Se los puede ver recortarse contra el cielo por momentos celeste y por momentos gris producto del humo que se eleva de la zona de fuego, para desaparecer y a los pocos minutos regresar con el objetivo de recargarse nuevamente de agua.
También hace recorridos un avión de reconocimiento, y un helicóptero de la Armada que se ocupa de llevar bomberos hacia lo alto de los cerros para atacar algunos sectores desde arriba y de recogerlos después, luego de algunas horas, en una actividad que requiere habilidad, y conocimiento técnico para operar en terreno escarpado, peligroso y de cerrados desfiladeros.