Adelina Arroyo tiene 77 años, una energía inigualable. Elsa Gardiner tiene 69 años y aunque en algún momento del año flaqueó en sus ganas de estar en el aula, con la persistencia de la maestra logró retomar y quedarse en la escuela.
Ambas buscan el objetivo de conseguir finalmente el ansiado diploma de la escuela primaria, que en su momento y por distintos motivos no pudieron obtener.
La primera tiene tanta emoción al sacar la cuenta y hacer una evaluación de lo que le representa esta posibilidad de estar en la escuela que le cuesta encontrar las palabras.
Pero a través de su expresión entrecortada por momentos es posible hacerse una idea cabal de lo que representa la escuela para ella.
En este caso no se puede hablar de una vuelta a la escuela, porque Adelina solamente pudo ir, cuando chica, unas pocas semanas.
Entonces había muchos hermanos en la casa y era necesario ayudar en las tareas hogareñas y salir a trabajar. Su historia en realidad es la historia de mucha gente que décadas atrás no pudo terminar la escuela primaria.
“Éramos muchos hermanos y había que trabajar. Cuando fuimos un poco más grande, alguien que enseñaba un poco, otro poco que nos enseñaba mi papá, yo aprendí a leer y a escribir. Pero quería saber más y gracias a mi maestra ahora estoy aprendiendo mucho”.
Cuenta que aprendió a leer leyendo el suplemento “La critiquita” que traía el Diario Crítica y su maestra Claudia destaca que lee en forma perfecta y escribe prácticamente sin faltas de ortografía y aprendió sola a hacer las operaciones básicas.
Por su parte, Elsa relata que fue hasta 3er grado, luego tuvo que ayudar a su mamá en una casa donde había 11 hermanos.
Luego crió hijos y ayudó a criar nietos. Con el transcurso de los años se dio cuenta que le había llegado la oportunidad de volver a la escuela, objetivo que puso en marcha este año.
“Tenemos un equipo de maestras que son excelentes, todas y cada una de ellas, no podemos dejar de ver la buena capacidad para que entendamos y podamos hacer las cosas lo mejor posible”.
Ambas dicen que quieren desesperadamente conseguir el título de primaria. Mientras la docente destaca que son un ejemplo para todos por la garra y las ganas que le ponen a cada una de las muchas cosas que hacen, como cuidar nietos, ocuparse de las cosas de su casa, hacer manualidades y además ir a la escuela.