Hoy siente al lugar como su segundo hogar, como una parte de sí misma, y a la gente que concurre como de su propia familia.
Conoce a la gente de Santa María y éstos la conocen a ella, por eso más de una vez al controlar la presión, aguardar la atención de un turno con alguno de los profesionales o la entrega de medicamentos se transforman en un medio para prestar el oído, el hombro y hacer un poco de psicólogo.
Cuando se toma unos días de vacaciones la extrañan y los vecinos se lo hacen saber, por eso aguardan ansiosamente que regrese. Es tanta la confianza que le tienen que en más de una ocasión, luego de recibir la atención de algunos de los profesionales de la salud que concurren, la consultan en torno a lo que les ha indicado.
El lugar tiene un movimiento de gente muy importante, ya que es el Centro de Atención de la Salud de una comunidad que está a 15 kilómetros de la ciudad cabecera.
Por eso cuenta con un muy buen servicio de médico clínico que concurre todos los días, pediatra, psicólogo, odontólogo, psicopedagoga y asistente social que concurren una vez por semana, en tanto la ginecóloga atiende en el lugar cada 15 días.
En la jornada de ayer, en el Día de la Enfermera, Marisa recibió el saludo y el abrazo de toda la gente que la quiere, agradeciéndole el servicio que presta desde hace 32 años.